El taller de tapices es uno de los más veteranos que se imparten en la UP. Con alumnos que permanecen desde hace más de 20 años, aquí dicen encontrar un remanso de paz y tranquilidad, buen ambiente y creatividad.

Entrar a este taller es respirar tranquilidad. Cada martes y jueves se abren las puertas de este espacio donde la vida va a otro ritmo. Lidia González es, actualmente, su monitora. “Aquí se respira muy buen ambiente. El grupo se conoce desde hace muchos años y sabe trabajar muy bien, las alumnas son muy productivas y aplicadas. Se necesita concentración y atención para poder sacar los puntos y los dibujos, pero luego tienen también su rato de ocio y de compartir juntas. En clase siempre hay un ambiente muy relajado”.

 

Lidia se ha encargado este año por primera vez del taller, ya que la anterior profesora se jubiló. En total son 15 alumnas, que comparten sus habilidades y afición, ratos de ocio activo y entretenimiento, así como encuentran un lugar donde socializar. “Las nuevas alumnas ya han hecho su muestrario de puntos y ya están con su primer tapiz de paisajes. Las más antiguas siguen con sus trabajos de hace más tiempo”, añadió la profesora. 

 

El taller de tapices es también uno de los más exitosos, ya que hay otro turno de tarde, un grupo intensivo de miércoles y este, de martes y jueves. 

Monica Moreno es una de las primeras usuarias. Lleva más de 20 años en el taller y continúa: “Me gusta mucho hacer tapices, tengo muchos y he regalado también. Esto me relaja y me mantiene concentrada, así no le doy muchas vueltas a la cabeza”. Rosario Morales lleva también muchos años en este taller: “Así tengo algunas mañanas entretenidas, y me gusta mucho hacer estos tapices. Aquí tenemos buen ambiente, hacemos nuestra parada para tomar un café y, algunas veces, incluso vamos todas juntas a comer. Así hablamos de nuestras cosas. Yo me lo tomo con tranquilidad, voy despacio sin prisa, esto es para relajarse”. 

 

También encontramos a nuevas alumnas que se incorporan al grupo y nos comparten los beneficios de practicar este arte. María José Díaz afirmaba que “estoy recién jubilada y decidí apuntarme a tapices. Ha sido maravillosa la elección. Aquí trabajamos la concentración, las habilidades con las manos, nos mantiene activas y funcionando nuestra mente. Y además conoces a nueva gente y socializas. Lo tiene todo”.

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