El pasado mes de octubre fue cuando el investigador mijeño, Graduado en Ingeniería de la Salud por la UMA y doctor en Física Médica por la Universidad de Navarra, Carlos Huesa, recibió de la Asociación Americana Contra el Cáncer (American Cancer Society) la comunicación para informarle de que había logrado una beca para apoyar el proyecto denominado ‘Modelado computacional y simulación de tumores hepáticos para un radioembolización transarterial mejorada’: ”Que consiste en inyectar unas microesferas radioactivas a través de las arterias hepáticas, donde se va introduciendo un catéter y con ese catéter el intervencionista va evaluando dónde está el tumor en el hígado. Una vez que localiza esa zona tumoral es ahí donde entrega esas microesferas radioactivas”, explica Huesa, y cuando van navegando por las arterias con la velocidad de la sangre se van quedando atascadas.
Así, señala el investigador, el objetivo es doble, “por un lado cortar el suministro de nutrientes al tumor, por otro, como tienen radiación y la liberan son capaces de matar células tumorales”, expone, y continúa el científico, “el tema es que este tratamiento que empezó hace 20 años siempre se ha usado como un tratamiento de salvación para el paciente”. Hasta ahora los resultados de los ensayos clínicos que se han llevado a cabo han sido positivos, afirma.
La misión de Carlos Huesa en este proyecto es desarrollar herramientas de software capaces de predecir hacia dónde van estas microesferas, “para poder hacer lo que llamamos dosimetría predictiva, de la dosis de radiación que está recibiendo el paciente, intentar predecir hacia dónde están estas microesferas, cuánta radiación va a recibir y, a partir de ahí, intentar informar al personal clínico para que puedan tomar la mejor decisión posible”.
Este tratamiento es de segunda línea, como apunta Huesa y subraya que “nuestra misión es intentar desarrollar herramientas cuantificar esta información para informar de una manera más precisa al personal médico. Ahora mismo la idea es desarrollar la herramienta, calibrar y una vez que eso esté calibrado con datos retrospectivos de pacientes”.
El prototipo de la herramienta que están fabricando, asegura Huesa, ya está publicado y cada vez es más real: “La idea es incluir grandes cortes de pacientes primero en la institución en la que trabajo y luego también la idea sería hacerlo multiinstitucional, metiendo paciente de distintos sitios para tener una herramienta lo más robusta posible”.
Para llevar a cabo una traslación clínica, el investigador mijeño pronóstica que pueda llevarse a cabo dentro de 10-15 años.
Carlos Huesa, que actualmente trabaja en el departamento de radiación oncológica del Hospital General de Massachusetts, forma parte así de un grupo selecto de científicos y profesionales de la salud que han sido becados por la Asociación Americana contra el Cáncer desde 1946.
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