Pasan unos minutos de las 8:30 de la mañana y ya están preparados. Apenas nadie cruza el paso de cebra todavía pero ya hacen uso de sus chalecos y sus indicaciones de mano. Antonia Cazorla y José Sena son voluntarios que ayudan a regular el tráfico en los accesos a los colegios, jubilados, vecinos de La Cala con una visión de la vida en comunidad digna de elogio.

José Sena: “Somos personas a las que nos gusta ayudar a la gente”“Somos personas a las que nos gusta ayudar a la gente y seguiremos haciéndolo aunque haya quien no lo entiendan”, dice José refiriéndose también a la falta de colaboración que ven en ciertos padres y madres. “Algunos son muy cómodos, quieren llevar al niño hasta la misma puerta y después se quedan allí esperando”. Por su parte, Antonia critica que “se pone uno en la izquierda con el coche, otro en medio y se bloquea el tráfico”, “además a nosotros nos dijo el capitán (de la Policía Local) que nadie podía parar en los pasos de cebra porque los niños no podían pasar”. 

Y es que estos voluntarios han recibido la formación necesaria de la Policía Local para conocer el trabajo que ahora desempeñan. “La concejala nos propuso hacerlo, después fuimos a la jefatura y nos enseñaron las instalaciones, hicimos prácticas con ellos… es muy fácil, facilísimo”, nos apunta Antonia, quien añade que “el capitán nos dijo que una de las cosas más importantes era esperar a que hubiesen dos o tres chiquillos antes de cortar el tráfico, así no se alteraba tanto la circulación”.

Faltan aún algunos minutos para las 9 de la mañana y el trabajo es ahora intenso. Mientras Antonia corta el tráfico, José indica a un grupo de niños y padres cuándo pueden pasar. “En ocasiones, tenemos que llamar la atención porque cruzan corriendo o a tres metros del paso”, dice Antonia, quien tras haber viajado mucho, afirma que “en Italia, Francia y España tenemos educación vial pero no satisfacemos al peatón, algo que sí pasa en otros países”.

Antonia Cazorla: ”En España, tenemos educación vial pero no satisfacemos al peatón”Una labor, la de estos voluntarios, que no termina con el toque de sirena. Es viernes y los más pequeños tienen actividad en la Tenencia de Alcaldía, así que hay tiempo suficiente hasta las 10 para tomar un café y volver al colegio El Chaparral a acompañar a los alumnos. “Después de este tenemos otro grupo y después nos quedaremos hasta que salgan”, dice José, a lo que Antonia añade: “el viernes es uno de los días que me venían bien, así que no tengo problema”, “tendrían que animarse a participar otros jubilados, es muy gratificante, cada uno colabora el día que puede”, concluye.

Colaboración

Pero la tarea de estos destacados vecinos requiere de la ayuda de todos. Como dice José, “la gente se debe dar cuenta de que si les llamamos la atención es para facilitar el acceso al colegio a todos”, “entendemos que ellos están al servicio de sus hijos, pero como ellos todos los padres”. Una llamada de atención en toda regla a quienes se olvidan de la importancia que tiene el respeto a las normas.

Al servicio de la ciudadanía

La labor que desempeñan los voluntarios jubilados surge tras una propuesta del equipo de Gobierno. Con la coordinación de la educadora vial del Ayuntamiento de Mijas, Paqui Lavado,  y tras recibir las prácticas oportunas por parte de la Policía Local, quienes les acompañaron ‘in situ’ en sus primeras prácticas, estos voluntarios iniciaron finalmente su servicio el pasado 17 de enero en varios colegios del municipio.

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