El paisaje autóctono de chumberas, propio del clima mediterráneo, podría desaparecer a causa del ataque descontrolado de la ‘cochinilla del carmín’.
Las primeras referencias históricas, sobre el uso del carmín orgánico, se remontan a la época de los sumerios. El antiguo Egipto, la Grecia clásica, muchas han sido las civilizaciones que han producido colorante rojo mediante la cría de una especie de cochinillas, denominadas ‘del carmín’ o ‘del tinte’.
De hecho, en la actualidad, al albor de la moda por los productos naturales, la producción de este tipo de insectos, que al presionarlos sueltan un potente tinte rojizo, ha vuelto a ser un referente, especialmente en países como Perú (con un 84% de la producción de carmín orgánico) y en regiones como las Islas Canarias, donde su cría parece controlada.
Y es que la ‘cochinilla del carmín’, que siente predilección por las chumberas, desarrolla unos filamentos blanquecinos que le permiten desplazarse arrastrada por el viento, pudiendo así colonizar amplias extensiones de territorio. Una invasión silenciosa que puede acabar con uno de los frutos más tradicionales de nuestro clima, el higo chumbo.
“Hace años que existe la amenaza, pero ahora está especialmente activa”, dice uno de los biólogo municipales del Ayuntamiento de Mijas, Diego González, quien recuerda que el principal problema “es que no tiene depredador natural”, de forma que, la ausencia de un animal que se alimente de estos insectos, hace que sus colonias puedan crecer sin límite.
El balance no puede ser más pesimista, en cuanto al control de una plaga que “ya ha registrado importantísimas pérdidas en la región de Murcia”, apunta González, extendiéndose por todo el levante hasta Almería y, ahora, hasta la costa granadina y malagueña. “En Mijas pocas chumberas se ven sanas”, añade el biólogo municipal, quien asegura que “es difícil cuantificar el impacto real de la cochinilla del carmín”, ya que muchas de las chumberas de nuestro territorio, se encuentran en parcelas privadas.
En este sentido, la labor de los propietarios se hace fundamental para acabar con este insecto. “Es muy importante coger el ataque a tiempo”, esgrime Diego González, “siendo con jabón potásico [lavavajillas, por ejemplo] y agua a presión la mejor forma de limpiar las pencas, para después rociarlas con un insecticida que tenga clorpirifós como principio activo”, para lo que, al tratarse de un producto tóxico, se recomienda tomar las medidas de seguridad oportunas o contar con un profesional.
Actuación
La ‘cochinilla del carmín’, que no ataca a los seres humanos, se adhiere a la penca de la chumera con el fin de alimentarse de su savia. Con el paso del tiempo debilita lentamente la hoja, para producir posteriormente la muerte de la planta. Una situación que podría acabar para siempre con la imagen de la chumbera mediterránea, y por defecto, como ya hemos apuntado, con uno de los frutos de secano más apreciados de nuestra dieta, el higo chumbo. En este sentido, desde el departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Mijas, ya se actúa en zonas como Camino de Campanales y junto al puente de Entrerríos, donde se procede a la limpieza de las chumberas. Asimismo, se prevén nuevas intervenciones desde la concejalía que dirige José Manuel Muñoz.
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