Bernardi Gabriel es profesora de baile en la UP de Las Lagunas desde hace 27 años y enseña esta temporada a 172 alumnos flamenco, ballet, clásico español y sevillanas.
Desde pequeña lo tenía claro. “Mamá, quiero bailar”. Bernardi Gabriel comenzó con siete años a recibir clases en la UP: “Le lloré mucho tiempo a mi madre para que me apuntara al baile; antes no había tantos medios económicos y mis padres tuvieron que hacer un gran esfuerzo sin poder salir a ningún sitio ni a tomar un café”. Ella afirma que “hoy día ellos están muy orgullosos de que me dedique a esto”.
Bernardi se convirtió en profesora de la UP hace 27 años y por su aula pasan anualmente una media de 120 a 150 alumnos. En este curso cuenta con 172 bailarines repartidos entre sus clases de flamenco, ballet, clásico español y sevillanas.
Bernardi asegura que intenta inculcar a sus pupilos el amor al baile que le infundió a ella su maestra Maruchi Martín. “Más que la técnica o los pasos, lo más importante es aprender a amar la danza y la música, sobre todo de un profesor que adora su profesión”, indica.
“Aún recuerdo mi primera clase, aprendí la sevillana ‘Algo se muere en el alma’; iba por la calle con mis tacones de lunares ensayando, aún conservo fotos de ese día e incluso la ropa y los zapatos”, subraya.
Y debe de ser cierto que consigue insuflar ese cariño por el baile porque tiene alumnos que llevan muchísimos años con ella y cada vez son más.
“Las vi en el Teatro Las Lagunas, me impresionaron y me dije a mí misma: tengo que bailar como ellas”, señala Rosa María Román, quien lleva ya cuatro años dando clases.
Su amiga Virginia Jaime admite que siempre le ha gustado bailar y cuando dejó de trabajar aprovechó para apuntarse. “Me divierto muchísimo, hago deporte, hay compañerismo y la profesora es buenísima”, explica.
La argentina Graciela Delafuente adora el flamenco. “Cuando llegué hace 12 años a España lo escuché y quise inscribirme pero tenía a mi niña chiquita y no pude; hace dos años pasé por aquí y le pregunté a Bernardi si tenía posibilidades y me dijo que para esto no hay edad, solo ganas”, comenta.
Bernardi anima a sus alumnos a luchar por lo que quieren: “Independientemente de la edad, tienen que pelear por sus sueños, tener fe en ellos y quererse a sí mismos, deben descubrir que pueden alcanzar lo que se propongan si trabajan por ello”.
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