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Sábado 23/11/2024

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Embarazo y entrenamiento físico

El entrenamiento físico durante el embarazo es una de las actividades en las que tu fisioterapeuta puede ayudarte mucho.

El entrenamiento físico durante el embarazo  es una de las actividades en las que tu fisioterapeuta puede ayudarte mucho.

Debido a los cambios fisiológicos que se producen, el ejercicio físico tiene que realizarse dentro de unos límites que sean seguros para la mujer y el feto. Ha de realizarse sin producir fatiga, ya que no es beneficioso someter al corazón, los pulmones y el sistema circulatorio a más estrés del que ya soporta durante el embarazo.

Si lo realizamos en su justa medida, nos ayudará a aumentar la resistencia física para el trabajo de parto, nos enseñará formas de solucionar o mejorar los problemas del embarazo y del parto y prevendremos algunas de las patologías que pueden darse después del alumbramiento.

Se recomienda hacer ejercicios de calentamiento y enfriamiento, beber abundante líquido antes, durante y después y llevar ropa holgada y zapatos cómodos.
Este entrenamiento consta de tres partes: la gimnasia prenatal, los ejercicios respiratorios y la relajación neuromuscular.

La gimnasia prenatal se inicia en el tercer trimestre y se centrará en flexibilizar la columna lumbar y la pelvis, la musculatura perineal, en ejercicios circulatorios para los miembros inferiores, en el trabajo de la musculatura  abdominal, pectoral y cérvico-dorsal y del suelo pélvico (toma de conciencia y fortalecimiento).

Los ejercicios respiratorios son muy útiles tanto durante el embarazo, para conseguir mayor bienestar y seguridad en una misma, como en el momento del parto, en el que podremos disminuir el dolor durante las contracciones, ya que un músculo que recibe el oxígeno adecuado no duele.

Se enseñará a respirar de forma correcta, con una postura corporal corregida (columna vertebral estirada) y se practicarán los diferentes tipos de respiración según el momento: durante la dilatación en cada contracción y durante el expulsivo alternando la respiración con el pujo.

Con la relajación neuromuscular conseguimos poner en reposo todos los músculos que no son necesarios durante el parto, consiguiendo un ahorro de energía beneficioso para el útero, la mamá y el bebé.

Si la embarazada se encuentra relajada, la glándula encargada de producir las hormonas oxitocina y endorfina, trabajará mejor, por lo que obtendremos una mayor dilatación y un menor dolor. Hay varias técnicas de relajación, utilizaremos la más adecuada en cada caso para poner en reposo el cuerpo y la mente.

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