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Viernes 22/11/2024

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Recomendaciones para calzado de niños

Esta semana continuamos con el tema de cómo elegir el zapato adecuado; en esta ocasión nos centraremos en los niños. Para el correcto desarrollo del pie, de la marcha y el equilibrio es imprescindible elegir un zapato adecuado, y esta es la preocupación de la mayoría de los padres.

Esta semana continuamos con el tema de cómo elegir el zapato adecuado; en esta ocasión nos centraremos en los niños. Para el correcto desarrollo del pie, de la marcha y el equilibrio es imprescindible elegir un zapato adecuado, y esta es la preocupación de la mayoría de los padres.

Desde el nacimiento y hasta que el bebé comience a gatear, no es necesario que lleven zapatos, basta con calcetines y si se les coloca algún zapatito tiene que ser muy flexible y que no le limite para nada la movilidad.

Las recomendaciones son para pies que no tienen ninguna alteración. En un principio, todos los niños tienen un pie normal y es a partir de que comiencen a caminar cuando se puede dar algún tipo de deformidad (pies planos, o cavos, por ejemplo). En estos casos, será el pediatra o el podólogo el que indique la necesidad de alguna medida correctora.

A partir de que el bebé comience a gatear y después empiece a ponerse de pie y dar sus primeros pasos, elegiremos un zapato que no limite el movimiento del tobillo, preferiblemente uno que no llegue a los dos huesos laterales del tobillo (maleolos) y si son de tipo botita no deben aprisionar el tobillo y dejar que se mueva hacia arriba y abajo libremente. Así nos aseguraremos de que la musculatura se desarrolla normalmente.

La suela debe ser flexible y no muy gruesa, ya que el niño no necesita amortiguación extra. Tenemos que poder doblarla hacia arriba con facilidad. Así permitirá que los dedos y la parte delantera del pie se muevan libremente y que el niño perciba en la planta del pie la información que el terreno tenga que darle (si tiene irregularidades, por ejemplo).

Los materiales deben ser naturales, que permitan la transpiración del pie. La parte trasera del zapato, el contrafuerte, no debe ser demasiado rígido, para no provocar rozaduras.

El zapato debe ser al menos un 1.5 cm más largo que la longitud del pie y es aconsejable comprobarlo cada dos meses para ir ajustando el calzado. En el caso de las niñas, es importante no dejarse llevar por las modas y no elegir zapatitos estrechos y/o con tacón.

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