Son los encargados de preservar el legado cultural y artístico de la humanidad. El conservador es la persona responsable de investigar, divulgar, exponer y ordenar las diferentes exhibiciones dentro de un museo, mientras que el restaurador salvaguarda una obra u objeto deteriorado, intentando llevarlo a su estado original en la medida de lo posible. Hoy, rindiendo homenaje a estos oficios, cuyo día internacional se celebró el 27 de enero, nos colamos en el Archivo Histórico de Mijas para conocer cómo se subsanan los daños que ha provocado en un documento el paso del tiempo, las humedades y las mordidas de los insectos litófagos, que comen papel. Nos atiende el responsable de este centro, Juan José de la Rubia, quien, con un documento deteriorado del siglo XVIII, nos explica cómo recuperar el escrito. “Lo primero que tenemos que hacer es paralizar el proceso que los hongos provocan en el papel y, en segundo lugar, estabilizarlo y rellenar las partes perdidas”, apunta De la Rubia.
Visto así, podría parecer imposible recuperar este manuscrito del siglo XVIII, rescatar las palabras que lo forman y cerrar esas cicatrices en el papel; pero poco se le resiste al restaurador tras ver el resultado de su trabajo con dos documentos que se encontraban en peor estado. “Se puede ver en este documento de 1562, que lo rescató el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico o en este de 1507, el más antiguo que tenemos, en los que se han repuesto las partes perdidas dejando a la vista las diferencias entre el original y la parte restaurada”, añade el historiador.
Esta labor no solo permite preservar el documento sino hacerlo manipulable, posibilitando al usuario acceder a él. Los profesionales del Departamento de Patrimonio Histórico de Mijas no trabajan únicamente en la recuperación y conservación de los escritos que llegan al Archivo, también de las piezas que descubren en las excavaciones del yacimiento arqueológico del Cortijo Acebedo. “En este caso, estamos trabajando con piezas de cerámica o monedas de época románica o época púnica y, justo ahora, la restauradora está limpiando unas piezas de marfil muy antiguas”, señala De la Rubia.
Mariángeles Díaz, conservadora y restauradora, trata de recuperar una joya de un ajuar funerario fenicio, datada en una necrópolis del siglo séptimo antes de Cristo. “Son fragmentos muy pequeños que hay que limpiarnos con binoculares, lentes de aumento, y con punzones de bambú”, muestra Díaz.
De la excavación, también llegan unas monedas, con muchas concreciones, que tienen que retirar a base de limpieza en seco y bisturí quirúrgico. “Aquí ya, tras la primera limpieza, podemos ver parte de la leyenda de la moneda y del busto del emperador”, destaca la restauradora.
Tras esta labor, llega la fase de investigación, la del estudio del material para poder recomponer la historia del yacimiento y, lo más importante, contársela al ciudadano. “Para nosotros es relevante que el ciudadano conozca este yacimiento, que para nosotros es muy importante; nosotros trabajamos día a día para eso, para mostrarlo, para que conozcamos la historia de nuestro municipio”, subraya la directora de Intervención Arqueológica Cortijo Acebedo, Desiré Piñero.
Y es que la tierra del Cortijo Acebedo está descubriendo piezas únicas en la provincia, cada cuadrícula que limitan habla, desvelando nuestro pasado y convirtiéndose en parte de la huella de la historia de Mijas.