La protección solar se hace cada vez más imprescindible como consecuencia del decreciente efecto protector de la capa de ozono y a las cada vez más frecuentes actividades de ocio y deportivas celebradas al aire libre. Los ojos reaccionan cada vez más sensiblemente ante la radiación ultravioleta (UV = ultravioleta). Esta radiación forma parte de la luz solar que, no obstante, el ojo humano no percibe. Sin embargo, la radiación ultravioleta puede dañar de forma permanente la córnea de los ojos, sin que lo percibamos al principio. Los ojos se ven más desprotegidos en lugares nevados y próximos al agua, ya que no sólo se ven expuestos a la radiación directa, sino también a la reflejada por la nieve o la superficie del agua. Una exposición excesiva a la luz solar puede provocar la irritación de la córnea y de la conjuntiva, cataratas o, incluso, daños en la retina.
¿De qué depende la tonalidad de las gafas?
La protección UV de las gafas no está relacionada con el color de los cristales. Unos cristales con una tonalidad muy oscura pueden carecer de toda protección UV. En las gafas de sol sin ninguna protección UV, el efecto será doblemente peligroso. Los cristales oscuros de las gafas sirven para que penetre una menor cantidad de luz. Esto hace que las pupilas se dilaten. Por lo tanto, si las gafas carecen de protección UV, la dilatación de las pupilas permitirá que penetre en el ojo una cantidad de radiación mucho mayor. El daño de la visión puede ser permanente.
Categorías de protección contra el deslumbramiento
La protección contra el deslumbramiento depende exclusivamente de la tonalidad de los cristales. Cuanto más oscuro sea el cristal menor cantidad de luz permitirá que pase. El índice de protección de las gafas solares se clasifica en cinco categorías, del 0 al 4. La categoría 0 (estos cristales absorben hasta un 20% de la luz visible) indica la protección mínima, mientras que la categoría 4 (con un bloqueo de la luz del 92% al 97%) indica la protección máxima contra el deslumbramiento. Se recomienda un filtro universal de categoría 2 (con un nivel de absorción entre el 57% y el 82%) para el nivel de radiación solar medio en Europa. En la playa o en la montaña se recomienda utilizar gafas con un nivel de protección 3 (absorción del 82% al 91%).
Gafas de sol recomendables durante la conducción
Las personas con vista normal no deberían sentarse al volante sin gafas de sol en condiciones normales de luz. Para la conducción de vehículos se recomienda utilizar cristales de color marrón o gris. Estas tonalidades son las que más respetan el color natural a la par que permiten reconocer fácilmente las señales luminosas y de advertencia. Las tonalidades amarillas mejoran el contraste y son también aptas para la conducción por carretera. Aquellos que padezcan ametropía, y que por tanto necesiten gafas regularmente, también deberían llevar cristales correctivos en sus gafas de sol durante la conducción. Sin embargo, los cristales de estas gafas tampoco deberían ser demasiado oscuros. Esto es así porque de lo contrario, al conducir a través de túneles o por carreteras con poca iluminación, el conductor tendría que quitarse rápidamente las gafas y reemplazarlas por sus gafas "normales". Esta situación, a su vez, puede conllevar peligro. Como norma general, la montura de las gafas no debería ser demasiado ancha para no limitar el campo de visión.
Gafas de sol durante la práctica deportiva
Es recomendable el uso de gafas de sol deportivas de plástico específicas para la práctica de ciertos deportes. Las monturas de metal y de cristales minerales de las gafas de sol habituales suponen un peligro, ya que pueden provocar lesiones en caso de caídas o durante la práctica de deportes de pelota. Además, las gafas de sol "normales" pueden caerse al practicar deporte, o bien, no ser lo suficientemente robustas. Los cristales de muchas gafas de sol deportivas pueden estar graduados para corregir la vista o bien también es posible acoplar una lente para asegurar la nitidez de visión.
Características de unas buenas gafas de sol
La primera característica que indica la calidad de unas gafas de sol es la protección UV de la que dispone. Unas buenas gafas de sol filtran la radiación ultravioleta de onda corta, que es muy peligrosa para los ojos. Por ello, estas lentes deberían contar con la protección UV-400. Además debería presentar el distintivo de la Comunidad Europea, CE. Mediante este distintivo el fabricante garantiza que su producto cumple con los requisitos mínimos de calidad establecidos en Europa. Sin embargo: el consumidor que no adquiera sus gafas de sol en una tienda especializada no siempre podrá saber si el sello de calidad está falsificado. No existen gafas de sol universales perfectas para todo tipo de usos. En la montaña, donde la radiación ultravioleta es más intensa, se debe filtrar la radiación mediante cristales más potentes que suelen ser más oscuros. Por contra, para conducir un vehículo se recomienda utilizar cristales marrones o grises, con una tonalidad un poco menos oscura, ya que así se asegura la correcta percepción del color.
Aspectos que debe tener en cuenta al adquirir unas gafas de sol:
Suficiente protección UV. El distintivo CE y las marcas "UV-400" o "100% protección UV" indican que las gafas han superado una prueba de calidad y que filtran la radiación ultravioleta con fiabilidad. Se recomienda utilizar gafas con las tonalidades marrones o grises que figuran en la categoría de protección 2 para la circulación por carretera. Las gafas con bordes afilados y lentes defectuosas (con arañazos o pequeñas ampollas) no deben salir del establecimiento. Cuidado ante los productos económicos: pueden llegar a provocar daños oculares.
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