Después de pasar por las calles laguneras de San Fermín y San Bartolomé, la Asociación de Personas Sordas de Mijas ya tiene ubicación definitiva. El pasado sábado 19, un gran número de socios y vecinos acompañaron al equipo de Gobierno en la inauguración de un local en el número 1 de la calle Las Perdices de la urbanización El Coto, también en Las Lagunas, un inmueble de titularidad municipal que supone un importante salto cualitativo para el colectivo. La inauguración contó, además, con representantes de la Federación Andaluza de Asociaciones de Personas Sordas, la Sociedad Federada de Málaga y ONCE.
La presidenta de la asociación, Vanesa López, y la concejala de Servicios Sociales, Carmen Márquez, fueron las encargadas de descubrir la placa conmemorativa en un acto que fue seguido con atención por las más de 100 personas que componen actualmente la asociación.
Durante el acto tuvo lugar un baile de signos, así como otras actuacionesCarmen Márquez recordó que este colectivo es “muy activo y emprendedor” y que “por fin cuenta con una sede en condiciones para poder realizar sus actividades”. En la misma línea se expresó la edil de Participación Ciudadana, Silvia Marín, que destacó que “desde el Ayuntamiento nos volcamos con los colectivos sociales y queremos que todos cuenten con sedes adecuadas”.
Los colectivos de personas sordas tanto a nivel regional como provincial recordaron que la principal reivindicación de esta comunidad, que en Málaga está formada por unas 8.000 personas, es conseguir la igualdad de oportunidades y que cada día sea más fácil la comunicación con el resto de la sociedad.
En este sentido, el presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Personas Sordas, Alfredo Gómez, incidió en “la necesidad de reconocer el lenguaje de signos y de instaurar más intérpretes”.
Un colectivo ilusionado
Con la inauguración del local, se inicia una nueva etapa para el colectivo de personas sordas mijeñas, que lleva funcionando 6 años. Y es que la sede permitirá la programación de talleres y actividades, como cursos de lenguajes de signos, cuentacuentos o talleres de teatro: “Estamos agradecidos al Ayuntamiento porque, gracias a su ayuda, el dinero que invertíamos en alquilar un local ahora lo podemos dedicar a actividades”, explicó Vanesa López.
Los nueve miembros que componen la junta directiva ya están desarrollando estas nuevas iniciativas, que se sumarán a las que ya están en marcha, como una liga de fútbol o de pádel, y es que la mayoría de los socios son jóvenes de entre 30 y 40 años, con muchas ganas de emplear su tiempo.
Aparte de sacar el segundo número de su revista, ‘Diario Sordos Mijas’, que ya se puede encontrar de manera gratuita en el municipio, la asociación prepara una celebración muy particular de Halloween el 1 de noviembre, cuando la sede del colectivo se transformará en un lugar cargado de misterio.
Las actividades están dirigidas a todas las personas, tanto oyentes como no oyentes, y es que la principal lucha de este colectivo es la integración. Para ponerse en contacto con ellos, basta con escribir un correo electrónico a aso.mijas_sordas@hotmail.com.
Oídos sordos, corazón bullicioso
La Sociedad de la Comunicación y del Conocimiento, como se conoce al periodo histórico que estamos viviendo, ha significado el acceso masivo de los ciudadanos a las nuevas tecnologías de la información.
Desde correo electrónico hasta mensajes de texto, pasando por el consabido ‘Whatsapp’, cada vez son más los medios que tenemos a nuestro alcance para comunicarnos, algo que, sin duda, ha beneficiado también al colectivo de sordos, pues ha estrechado la brecha que los separa de los oyentes.
Vanesa López es presidenta de la asociación mijeña desde hace cuatro añosAsí es, por ejemplo, como consigo ponerme en contacto con la presidenta de la Asociación de Personas Sordas de Mijas. Vanesa López me escribe con naturalidad a través de la aplicación de mensajería instantánea y, en pocos mensajes, concretamos una cita.
Aunque el universo de las personas que no oyen no me es ajeno (un caso en la familia así lo atestigua), lo diferente, lo que se sale de la media, siempre impone. Por desgracia, las personas se dejan llevar por los estereotipos en demasiadas ocasiones y, muchas veces, los sordos son vistos como seres asociales y malhumorados, que desconfían de quienes los rodean.
Nada más lejos de la realidad. Al llegar a la nueva sede del colectivo en Mijas, la eterna sonrisa de Vanesa me recibe como antesala de una charla tranquila, que cuenta también con la complicidad y la traducción de su hija mayor, que, aparte de su alegría, ha heredado también su nombre.
La historia de Vanesa madre no es muy diferente a la de muchos sordos jóvenes de la provincia. Natural de la zona de Mijas-Fuengirola, desde muy pequeña tuvo que desplazarse a Málaga para estudiar en el colegio de La Purísima, especializado en niños con trastornos auditivos.
Allí aprendió a leer los labios y a comunicarse con los oyentes, algo que, sin duda, la animó a integrarse en un colectivo. “Un chico sordo creó una asociación en Fuengirola. Yo decidí inscribirme y así fue como me convertí en secretaria, con tan solo 14 años”.
Fue también secretaria del club deportivo, delegada cultural de la Asociación de Mijas y, desde hace 4 años, es la presidenta del colectivo, un grupo que no ha parado de impulsar desde diferentes vertientes con la intención de que exista una integración total entre sordos y oyentes.
Prudente y optimista, Vanesa dice no haber tenido grandes dificultades en su vida como consecuencia de su sordera. Ha trabajado en diferentes sectores, está casada, tiene cuatro hijos y se considera una mujer activa y vital. Eso sí, reconoce que no siempre es así: “Hay algunos oyentes que no se acercan a nosotros porque piensan que somos gregarios y que no queremos tener contacto con ellos.
Aunque las tics integran a los sordos, los intérpretes siguen siendo fundamentalesEn otras ocasiones, los padres de personas sordas no quieren que acudan a asociaciones porque piensan que no van a progresar en el habla”, cuenta Vanesa con resignación. “Pero lo cierto es que hay algunos progenitores que no aprenden la lengua de signos y apenas pueden comunicarse con sus propios hijos, con lo cual esas personas se sienten aisladas”.
Uno de los mayores logros de Vanesa es que ella y su marido (también sordo) están educando a sus hijos, oyentes, de la forma más normal. Hasta el punto de que una de sus hijas se sorprende al preguntarle si su vida es diferente a la de cualquier otro adolescente: “Lo asumo con naturalidad”, afirma Vanesa.
“Desde pequeña hablo con mis padres en lengua de signos y la única diferencia ha sido tener que traducir en algunas ocasiones. Por lo demás, nada”. Con apenas 16 años, Vanesa ya ha hecho de intérprete en varias visitas y excursiones de la asociación y es que, en estos momentos, el colectivo no cuenta con intérpretes, algo fundamental para unas personas que, aunque silenciosas, se desviven por comunicar.
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