Las lluvias de estas últimas semanas han transformado la imagen de este entorno natural. El río Gomenaro o Fuengirola, como acostumbren llamarlo, lleva agua, que inyecta vida a la senda fluvial, que se ha reverdecido y aflorado. La estampa que presenta estos días nos anuncian la llegada inminente de la primavera y el microclima que crea invita a muchos vecinos y visitantes a venir hasta aquí para hacer deporte. “Porque les coge cerca de casa”, dicen unos, o “porque les encanta su recorrido y no les importa trasladarse hasta aquí”, nos comentan otros usuarios, lo cierto es que cada vez son más los que se pierden por estos caminos de terrizo que discurren junto a las márgenes del río.

Pasear andando y en familia, correr, montar en bicicleta o a caballo. Son muchas las modalidades deportivas que se practican en este corredor, dotado de un destacado valor ecológico y paisajístico, que nos comunica con otros entornos naturales del municipio, convirtiéndose en una ruta muy atractiva para aquellos que quieran hacer kilómetros. 

 

Paramos a unos ciclistas que se cruzan en nuestro camino y nos cuentan que “hay días que parten desde aquí hasta Entrerríos, otros van hasta la zona de Las Lomas del Flamenco y otros hasta Las Rozas, en La Cala; hay muchas alternativas de recorrido”, nos comentan.

Este ecosistema, catalogado como una Zona de Especial Conservación (ZEC), tiene una longitud total aproximada de 37 km, constituida por 14 km del río Alaminos o de las Pasadas, 17 km del río Ojén y 6 km del río Fuengirola. En ella conviven una nutrida fauna y flora, donde se concentran especies como garzas, jilgueros o abubillas, que, sin duda, hacen más atractivo este recorrido.