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Viernes 22/11/2024

Reportajes

Bebés reborn, ficción casi real

Mima Reborn es la empresa de bebés reborn de esta mijeña, Marina Ramírez |

Detrás de cada muñeco hay muchas horas de minucioso trabajo |

Esta salida profesional aún no es muy conocida en nuestro país |

cada pieza la artista le añade el pelo y las texturas de la piel |

Marina Ramírez, una mijeña cuya afición por la fabricación de muñecos reborn la convirtió en su profesión

Esta semana hemos conocido a Marina Ramírez, una mijeña que fabrica unos bebés que son puro arte. Parecen de verdad pero los bebés reborn son muñecos creados por ella misma que cuentan hasta con certificado de calidad ya que son considerados piezas únicas de coleccionistas. “Son piezas artesanales que requieren muchas horas de trabajo. Además con el paso del tiempo se revalorizan, es decir, es igual que si adquirimos una obra de arte como un cuadro, que con el tiempo van adquiriendo valor y hay que dedicarle muchísimas horas”, explicó esta artista.  La historia de Marina con los bebés reborn comienza durante el confinamiento de 2020. Tras conocer este mundo decidió adentrarse completamente en él. Comenzó a realizar cursos de formación hasta llegar a lo que hoy en día es su trabajo: Mima Reborn. Una salida profesional que aún no es muy conocida en nuestro país pero que poco a poco va cogiendo impulso, y que según contó esta mijeña “aunque en España no ha habido mucha tradición relacionada con el mundo reborn, aún es un poco desconocido, esta labor empezó en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial cuando las madres customizaban los muñecos de sus hijas, y ya después se extendió a Estados Unidos donde hubo más repercusión”. 

Detrás de cada muñeco hay muchas horas de minucioso trabajo. A cada pieza la artista le añade el pelo y las texturas de la piel, y aunque son de uso comercial, puesto que se venden, no son un juguete.  “Para que se constante que es una pieza auténtica viene con su certificado de escultora o fabricante, aunque también puede ser de ediciones limitadas o ediciones abiertas en las que se van haciendo tandas de bebés que van numeradas”,  expuso Marina. Pero ¿quién compra estos muñecos? Según la artista se interesa por ellos “todo tipo de públicos”, niños y mayores, incluso a veces pueden tener uso terapéutico, y añadió que “desde mujeres mayores que echan de menos la crianza de sus bebés a niños, que son mi principal cliente”. Una nueva profesión, que aunque aún no es muy conocida aporta ilusión tanto a la artesana como al comprador. 

 


 

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