Todos tenemos ya el billete sacado. Sí, usted también, aunque no sepa de lo que hablo. No lo puede olvidar. Es la condición indispensable para estar aquí. No lo puede olvidar. “La muerte es el destino que todos compartimos”.
Sin duda todos somos mortales y nadie tiene escapatoria, ni ricos, ni intelectuales, ni traficantes, ni mendigos. Como en casi todo, hay un pero. Un destino común, pero habrá que llegar por el camino más largo y de la mejor forma posible.
Con motivo de la muerte de Steve Jobs, aprovechamos la ocasión para hablar de este tema y también otros interesantes que trató en un discurso de ceremonia de graduación.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo -todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso- todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante.
Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder.
Sin duda su tiempo tiene límite. Esto es algo que muchos ignoran. A los jóvenes –y no tan jóvenes- les pilla tan lejos que pareciera que viven como inmortales, y se permiten el despilfarro y el mal uso del tiempo.
S. Jobs dejó la Universidad a los 6 meses de comenzarla, no sin reprocharse que estaba malgastando todos los ahorros de sus padres; fue una decisión aterradora. Tras esto, empezó a ir sólo a las clases que le interesaban –no a las que antes estaba obligado a ir-, y que no sabía para qué le servirían.
Al tiempo comenzó Apple con un amigo en su garaje, y utilizó parte de ese conocimiento. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
En psicoanálisis se diría que todo se sabe después, por aprecoup, lo que quiere decir que sólo después sabremos. Lo que sucede hoy no se puede valorar hoy. Hay que esperar para saber interpretar por qué y para qué sucedió ese hecho. No hay que fiarse de las apariencias.
Un hecho que ocurra hoy y que valoremos como desgracia, puede servir para mejorar. Por ejemplo: gracias a que ese hombre me dejó, me puse a trabajar y hoy soy empresaria; gracias a que mis padres no me avalaron yo conseguí un empleo mejor y aprendí el valor de las cosas, el esfuerzo y la responsabilidad.
De este mismo modo, S. Jobs afirmó que gracias a que fue despedido de su propia empresa, tras un proceso de elaboración, creó Pixar –estudio de animación más exitoso a nivel mundial-, y Next –posteriormente adquirida por Apple y actualmente el corazón de su renacimiento-.
Evidentemente no todo fue tan romántico. S. Jobs tuvo un tropiezo y tuvo que levantarse. En palabras suyas lo único que le permitió seguir fue que amaba lo que hacía. Él alienta a encontrar eso que cada uno ama, como motor de vida, tan válido para el trabajo como para el amor.
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