Cada 13 de septiembre se celebra el Día del Bibliotecario, una figura que no solo se encarga de organizar y clasificar todo tipo de materiales bibliográficos. Su función, a lo largo de los años, ha ido mucho más allá. Además de fomentar la lectura en niños, muchos han enseñado a leer a adultos llevando a cabo una loable labor de alfabetización. Para celebrar esta efeméride, hemos hablado con la responsable de la biblioteca del Teatro Las Lagunas, Santi Clemente, quien lleva 34 años viviendo entre libros y, al igual que las páginas de estos encierran millones de historias, gran parte de su biografía se escribe aquí, en la biblioteca. “Han pasado generaciones por las bibliotecas y ha sido enriquecedor por nuestra parte el poder ofrecerles información y enseñarles a utilizarla”, destaca esta bibliotecaria, quien, tímidamente, reconoce que también ha ejercido de maestra, porque, antes de que existiera internet, la biblioteca era una segunda aula, “ya que por las tardes estaba el cole en la biblioteca, los niños y las niñas estaban entusiasmados buscando sus libros y nosotros enseñándoles a buscar información y, a la vez, enseñándoles a comportarse en una biblioteca”, recuerda con nostalgia.

 

Su labor también ha sido vital para muchas personas mayores y numerosos colectivos, a quienes, incluso, han enseñado a leer. “Efectivamente, también hemos realizado una labor de alfabetización con diferentes colectivos como los de alzhéimer, Adimi o la Asociación de Mujeres Mijitas”, afirma Clemente.
Santi ha convertido a unos 5.000 vecinos de Mijas en socios lectores de esta biblioteca, la más joven del municipio. La primera que se creó fue la del pueblo, después la de La Cala y más tarde la de Entreculturas, que vino a sustituir a la de la Casa de la Cultura de Las Lagunas. Desde cada una de ellas, sus bibliotecarios cuidan y miman cada uno de los libros que estas aguardan y a sus usuarios. Elena Gómez fue la primera bibliotecaria que tuvimos en Mijas. Le siguió su hermana, Herminia, y después vinieron Santi, Antonio Pino y, entre otros, el ya jubilado Paco Lozano. Todos, además, han desarrollado una importante labor creativa, poniendo en marcha actividades dirigidas a colectivos muy diferentes. “Se empezó la labor con los colegios, con las visitas guiadas y luego con cuentacuentos, cuentacuentos con los abuelos… ”, y un largo etcétera que han hecho de estos lugares unos centros vivos y de ellos, agentes activos, para los que, seguro, no existe una mejor manera de celebrar su día que dándonos una vuelta por la biblioteca.

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