El número de personas sin trabajo en España tras el último cierre de septiembre es sencillamente desolador. Los datos son elocuentes y para nada invitan al optimismo: 4.226.744 para todo el Estado, cuyo reparto en Andalucía, con casi un millón, y Málaga con algo más de ciento ochenta mil, inspira igual desconsuelo.
Estamos ante la principal preocupación que nos embarga a todos los españoles, no es una percepción, ni un temor, un hecho cierto que se vive con cruda realidad en cada hogar y en cada empresa.
El sector de la construcción, uno de los puntales básicos de la economía costasoleña, casi ha tocado fondo con medio millar de parados más y con previsión de que siga en aumento, al no existir nuevos proyectos de viviendas acompañado de la drástica reducción de licitación de obra pública.
La Confederación de Empresarios de Málaga, habla de agotamiento tras conocer el incremento de otras cinco mil personas más, que sitúa la cifra del desempleo en Málaga en 200.000, señalando como soluciones básicas la financiación de las pymes y autónomos, así como causas la morosidad pública y caída del consumo.
Por la parte sindical se habla de fracaso de la reforma laboral y exceso de austeridad por parte de los organismos financieros que dejan sin oxígeno a pequeñas empresas y autónomos.
Se desprende cierta similitud de análisis por parte de empresarios y sindicatos, y cuando esto ocurre, no siempre en materia laboral, podemos decir que estamos delante del diagnóstico certero.
Se desprende cierta similitud de análisis por parte de empresarios y sindicatos, y cuando esto ocurre, no siempre en materia laboral, podemos decir que estamos delante del diagnóstico certero.En Mijas, la cifra del mes de agosto es proporcional a otros ámbitos con 7.436 desempleados, pero tememos que sea superior en septiembre (dato aún no publicado por la EPA), tras la finalización de la campaña de verano en la hostelería.
Cabe pedir a la administración que pague sus deudas con los proveedores, sobre todo a los pequeños y que no cese la obra pública. A las entidades crediticias, que flexibilicen los préstamos, sobre todo en cuanto a reducción del tipo de interés, no sirve como justificante pagar salarios ni pre jubilaciones millonarias a los directivos. A los empresarios, que cambien desolación por innovación. Los sindicatos, que las consignas dejen paso a la realidad que nos toca vivir. A los consumidores, el que pueda, que consuma. A los jóvenes, que sigan la estrategia de reforzar la formación, que sí sirve y servirá en el presente y futuro, altamente competitivo. Y a los que trabajan, que consideren la fortuna de poder hacerlo y admitan propuestas solidarias que a buen seguro van a llegar.
Si declarar el estado de excepción sirviese para algo, sería la mejor propuesta, pero mejor no dar ideas negativas.
La ciudad de Málaga acoge estos días la Convención Nacional del Partido Popular que vendrá a conformar las bases de su programa electoral. Cabe esperar que el empleo sea la estrella del debate, sobre todo el que suscite las mejores ideas tan necesarias para que sean incorporadas por el próximo gobierno de la nación, si las encuestas tal como vaticinan, dan la victoria a esta formación.
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