Vecinos, visitantes, artesanos, artistas, cualquiera con el que te encontraras este fin de semana por las calles de Mijas te iba a hablar de lo mismo: cómo luce el pueblo a la luz de las velas, qué belleza, qué encanto, qué magia.
Y es que, si a un pueblo que ya de por sí es un primor, le añades miles de personas ávidas de disfrutar del verano y de dejarse llevar por las más de treinta actividades que el Festival de la Luna Mora nos ha traído este fin de semana, solo puede haber un resultado: espectacular.
Cada noche, 10.000 velas, distribuidas por todos los rincones del casco antiguo de Mijas, marcaban el camino hacia los jardines de La Muralla, donde el mercado medieval era el centro de todas las actividades que se han desarrollado. Allí, artesanía y gastronomía se daban la mano para sorprender y traer artículos y sabores de tierras lejanas para conquistarte, todo hecho con mimo, con cuidado y con esmero, con ese toque imperfecto que tienen las cosas hechas a mano.
En cada esquina, una actuación musical, un desfile de caballeros templarios, un teatrito callejero, un cuentacuentos, argumentos para todos los públicos. Y es que la Luna Mora es un festival, ante todo, familiar, de disfrutar entre todos y de volver a casa con un buen sabor de boca.
Cada noche 10.000 velas marcaban el camino hacia los jardines de La Muralla En los jardines de La Muralla, la jaima de los talleres daba la bienvenida a todos los curiosos, invitando, primero, a los más pequeños, a participar de los talleres y, a la noche, a los adultos, a una sesión de relatos eróticos a la luz de las velas.
Y, en el auditorio municipal, la noche del sábado, un nombre escrito con velas: David Peña Dorantes. El de Lebrija se subió al escenario a hacer un recorrido por sus composiciones más famosas en formato trío, acompañado de un percusionista y un contrabajista, que pusieron banda sonora a la noche. “Espero impregnarme de esta magia para dar un buen concierto”, nos dijo minutos antes de su actuación. Y así fue.
Este primer fin de semana ha resultado genial. El festival volverá los próximos 31 de julio, 1 y 2 de agosto, con más actividades, más embrujo y otro gran espectáculo con Lole Montoya a la cabeza, homenajeando al desaparecido Manuel Molina. Allí volveremos para contarlo.
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