Ha dedicado gran parte de los últimos veinte años a mejorar y embellecer el barrio de El Juncal, del que se enamoró de tal manera que decidió abandonar su lugar de residencia, en Ceuta, para trasladarse hasta Mijas. A sus 87 años y diez meses, sigue teniendo la vitalidad necesaria para implicarse con el lugar donde vive. De ahí que uno de los puntos emblemáticos de este barrio, el parque, lleve su nombre desde el pasado sábado 23. Visiblemente emocionado, José Ruiz Navas, ‘El abuelo’, como le conocen en El Juncal, leyó unas palabras de agradecimiento a la Corporación municipal, acompañado en todo momento por dos de sus cuatro hijas y algunos de sus nietos, que no quisieron perderse este reconocimiento tan especial.

Con el acto del sábado, además, dieron por concluidas las tareas de reforma de este espacio infantil, con la remodelación del área de juegos y las zonas verdes, donde se han plantado nuevos rosales. Además, se han instalado aparatos biosaludables y otros elementos decorativos. “También se han hecho alcorques nuevos, el parque está totalmente cambiado y es digno de que vengan todos porque es bastante bonito”, apuntó el concejal de Servicios Operativos, José Manuel Muñoz.

El acto continuó con la apertura oficial de la sede de la asociación de vecinos, que también ha sido ampliada recientemente por el equipo de Gobierno. El barrio, además, seguirá mejorando su imagen a partir de octubre gracias a una inversión de 745.000 euros por parte de Diputación, que permitirán remodelar una decena de calles. Otro de los próximos proyectos podría ser la semipeatonalización de la calle Virgen de la Concepción, “de la cual se quitarían los aparcamientos para convertirla en una prolongación del parque”, concluyó el alcalde.

20 años de unión vecinal
“Este barrio es súper maravilloso, es extraordinario, la gente es muy ‘caldeosa’ y creo que se suele notar bastante”. Así definía Antonio Gómez, vecino de El Juncal, a su barrio, un enclave de Las Lagunas que el sábado hervía de actividad con la celebración de su verbena. Una fiesta que se celebra desde el año 1993 y que solo se ha suspendido en una ocasión. La jornada fue de lo más completa. Por la mañana, el colectivo preparó juegos populares para los más pequeños. Y, a mediodía, a pesar del calor, fueron muchos los vecinos que se congregaron en torno a la gran paella que la asociación preparó para el almuerzo. 

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