Painted Palms ha conseguido grabar un disco que huele a verano, sabe a The Beach Boys y The Beatles y suena a playas repletas de gente divirtiéndose. Pura sinestesia practicada con grandes dosis de psicodelia electrónica.

Una descarga positivista con 39 minutos de melodías enaltecedoras. Reese Donohue y Christopher Prudhomme son sus artífices, dos primos hermanos radicados en San Francisco, que afrontaron el proceso de composición de su EP de debut (‘Canopy’), con la barrera física de los 2.914 km. por carretera, que separan Lafayette (Luisiana) de San Francisco (California).

Un inconveniente que gracias a internet superaron componiendo a través de email y archivos en red. Un trabajo de locos que al final ha terminado por reunirlos. ‘Forever’ contiene 11 canciones y guarda unas concordancias asombrosas con el sonido de maestros de la psicodelia electrónica como Animal Collective y Panda Bear.

El dúo solo ha publicado dos sencillos y un EP; sin embargo, este exiguo bagaje profesional fue suficiente para que Kevin Barnes (‘manda más’ de la formación Of Montreal),  no solo los sacara del cajón polvoriento de su discográfica, sino que les invitó como teloneros en su gira de conciertos.

 El grupo se han propuesto “escribir música que haga sonreír”, lo cual es sinónimo de pasarlo bien, de ahí que elogiemos el carácter divertido y fresco de sus canciones. Unas veces emulando las composiciones de Lennon y McCartney (‘Forever’, ‘Spinning Signs’) y otras a The Beach Boys (‘Soft Hammer’).

El disco convence gracias a la intensidad constructivista de canciones como ‘Too High’ y ‘Not Really There’, tras las que parece flotar la sombra de Noah Lennox (Panda Bear).

‘Carrusel’ ha sido el cebo en el que hemos picado todos, se editó el pasado mes de marzo y desde entonces no hemos dejado de soñar en los contenidos de ‘Forever’.                         

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