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Viernes 22/11/2024

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Buenas intenciones

¿Basta para vivir, tener sólo buenas intenciones? ¿Cuántos propósitos e ideas tienes para vivir la vida como quieres y no se materializan en nada? Todo el mundo lo sabe, para tener otra vida no basta quedarse en buenas intenciones.

¿Basta para vivir, tener sólo buenas intenciones? ¿Cuántos propósitos e ideas tienes para vivir la vida como quieres y no se materializan en nada? Todo el mundo lo sabe, para tener otra vida no basta quedarse en buenas intenciones.


Por ejemplo: si me dices que me quieres mucho, pero apenas hablamos, casi no nos divertimos, me regalas pocas miradas, ¿basta sólo la intención de quererme? Otro ejemplo: dices que quieres perder peso por estética y por salud, y cada lunes lo intentas, pero cualquier acontecimiento –triste o alegre- te sirve de excusa para comer lo que te apetece, llevas una vida sedentaria y te interesa poco la comida sana, ¿basta sólo la intención de adelgazar? Un ejemplo más: cada vez que te encuentras a Maite por casualidad le dices “a ver si te llamo y hablamos”. Llevas un mes queriendo llamarle, pero por una cosa o por otra no lo haces. ¿Basta para conservar una amistad y disfrutar, la intención de llamar? Otro ejemplo más: dices que quieres ser más ordenado pero un día tienes mucho trabajo, otro día estás cansado, otro día te han llamado…


¿Cuántas acciones has hecho para conseguir lo que quieres? La respuesta es una brújula perfecta para saber a qué estamos jugando con nuestra vida. Si eres sólo de palabras y tus intenciones no se traducen en consecuencias, entonces tienes que preguntarte qué pasa.


¿Qué intercede entre la intención y las consecuencias? ¿Qué pasa con las personas que tienen unas buenísimas intenciones y cero consecuencias en la realidad? Que su intención está en otra parte. No siempre es que no deseen eso que dicen querer, sino que su verdadera intención va por seguir insatisfechos, incómodos, quejosos, alimentando cierto malestar.


¿Qué quieres? ¿Cómo quieres conseguirlo? ¿A quién quieres pedir ayuda? Traza un plan, ponle fecha, y no lo dejes sólo en manos de Dios. Tendrás que lidiar con la incertidumbre, pero correr ese riesgo es más satisfactorio que quedarse esperando. “Quien quiere hacer algo encuentra un medio; quien no quiere hacer nada encuentra una excusa”. 

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