Se refería el editorial de la semana anterior a la nefasta herencia que recibe nuestro Ayuntamiento, cuando ahora tiene que abonar tres millones de euros, en contante y sonante, por incumplimientos de los anteriores equipos de gobierno del PSOE

Podemos hablar de dolo, causado a sabiendas de engañar, con voluntad maliciosa de incumplir una obligaciónSe trataba de dos acreedores. Uno de ellos ya ha cobrado, nada menos que 1.764.229,74 €, cuando en 2005 mejor se habría pagado mediante compensación de aprovechamientos urbanísticos. Al segundo acreedor, una promotora inmobiliaria, se le adeuda 1,4 millones de euros, aunque aún está por ver si se les podrá descontar los 600.000 € que a su vez debe al Ayuntamiento, lo que en sí mismo, ya es una dejadez.

Por si fuera poca la “herencia” descubierta la semana pasada, llega una nueva reclamación, aún en fase administrativa, por la que hay que pagar 3,1 millones de euros, (principal, IVA e intereses de demora) a una empresa perteneciente al grupo UNICAJA, al haber desatendido el Consistorio una veintena de facturas de 2007, que habrían sufragado los gastos de urbanización del conocido como ‘Ensanche de La Cala’.

En suma, por ahora, seis millones y cuarto de euros, por incumplimientos de anteriores dirigentes políticos, que obligarán a los actuales a utilizar un dinero que estaba previsto para otros menesteres seguramente más provechosos y de mejor redistribución social.

En suma, por ahora, seis millones y cuarto de euros, por incumplimientos de anteriores dirigentes políticos, que obligarán a los actuales a utilizar un dinero que estaba previsto para otros menesteres seguramente más provechosos y de mejor redistribución socialNo es justo, todo un municipio, que encumbrado en la categoría de gran población, retrocede en el plano económico por la irresponsabilidad de personas que tenían la obligación de gestionar, y haber cumplido con sus obligaciones, pero que se han marchado de rositas dejando un agujero de gran tamaño que habrá que tapar con enormes sacrificios.

Podemos hablar de dolo, causado a sabiendas de engañar, con voluntad maliciosa de incumplir una obligación. Así ha sido el comportamiento de los anteriores gobernantes del PSOE, sálvese el que pueda, y el que no pueda, bien debiera asumir de forma retroactiva su responsabilidad.

El legislador también debe propiciar mediante leyes que cada cual repare lo suyo, aunque sea moralmente, y también con la inhabilitación para ejercicio futuro de cargo público.

La infamia, la irresponsabilidad, la cultura de dejar los problemas para el que venga detrás ganan, y el mijeño pierde, esta vez.

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