Los hechos sucedieron al filo de las 12.30 horas, cuando una pareja de agentes en servicio de paisano fue alertada por uno de los  inspectores del mercadillo de la presencia de tres personas en actitud sospechosa. Los agentes decidieron observar  los pasos de las tres personas, dos hombres y una mujer, que en un momento dado eligieron a su víctima: una señora de avanzada edad.

Con la destreza de los auténticos profesionales del robo por descuido, la mujer a la postre detenida introdujo su mano en el bolso de la víctima, mientras que sus dos acompañantes se colocaron estratégicamente tras la víctima con el objeto de evitar que algún transeúnte descubriera la fechoría.

Sin embargo, los policías locales de paisano fueron testigos de cómo la mujer introducía la mano en el bolso, y cómo de éste sacaba varios billetes y los guardaba en una riñonera, momento en el que decidieron intervenir, dando el alto a los tres sospechosos, que resultaron la mujer M.C., nacida en 1983, y los varones I.V.F (1979) y F.M. (1992), todos nacidos en Rumanía y sin domicilio conocido en España, aunque confesaron que procedían de Ibiza. De hecho, la mujer detenida portaba entre sus pertenencias una citación judicial de un Juzgado de Ibiza para ser sometida a un juicio por hurto. 

Una vez detenidos, ya en las dependencias de la Jefatura de la  Policía Local, al ser preguntados por los agentes actuantes a qué se dedicaban, no tuvieron en reparos en contestar sin ruborizarse: “a lo que ya sabéis y nos habéis pillado”, a lo que añadieron que “en este mercadillo hay más policías que clientes”.

Se da la circunstancia que en el momento de la detención, vendedores del mercadillo de La Cala celebraron la actuación policial al considerar que ellos también son víctimas de los carteristas.

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