¿Está pensando en ir al psicólogo? Si usted está pensando en ir a un psicólogo de orientación psicoanalítica, le dejo aquí algunas consideraciones para tener en cuenta.
Es mejor que vaya al psicólogo por decisión propia, y no para contentar a algún familiar.
Ir al psicólogo para poner en juego su deseo y no arrastrado por el deseo ajeno. Cuando uno decide ir al psicólogo por decisión propia los efectos terapéuticos son distintos.
Ocurre lo mismo con el aprendizaje. Es mejor que vaya al psicólogo porque considere que hay algo que no termina de funcionar en su vida, porque no entiende por qué le pasan las cosas, o porque quiere superar alguna situación.
Ir al psicólogo es distinto que charlar o desahogarse. Charlando uno consigue alivio, igual que podría conseguirlo haciendo deporte, comprando ropa, comiendo dulces, o en el hombro de algún amigo.
Pero solo charlando no se moviliza nada en la esencia de la persona. Para que la terapia sea algo más que un bálsamo, se requiere implicación para transformarse, y no todo el mundo puede o está dispuesto a hacer este trabajo.
No espere que el psicólogo esté de acuerdo con usted en todo y apoye una a una sus ideas, como si le estuviese siguiendo la corriente. Seguramente alguna sesión le resultará incómoda porque escuchará cosas que en principio puede vivir como contradictorias.
Escuchará palabras que le hagan pensar, y a partir de ahí usted podrá creer que el terapeuta está en su contra, o considerar que hay algo que puede ser pensado y hecho de otra manera. Tiene que estar dispuesto a que caigan algunas de sus verdades y construir otras nuevas que le sean más operativas para hacer mejor la vida.
La función del psicólogo no es darle un baño de adjetivos positivos del tipo “eres fantástica”, “qué bien haces las cosas”, “tú te mereces lo mejor”, “con lo cariñosa y atenta que eres cómo te pueden pasar esas cosas”. Tampoco lo contrario. La función de la terapia es que usted sea capaz de tener un criterio propio, que aprenda a pensar, y pueda reconocer el alcance de su responsabilidad en aquello que le está ocurriendo.
La función del psicólogo no es darle una respuesta concreta, ni tampoco tomar decisiones por usted.
El psicólogo le ayuda a elucidar cuales son sus propósitos, y que obstáculos se lo está impidiendo, y proveerle de herramientas sino las tiene. Aclarar y ordenar estos aspectos es lo que hará que usted cobre la fuerza para actuar. Tendrá así una nueva disposición de su energía vital.
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