Una de cada diez personas sufre en mayor o menor medida astenia primaveral (la palabra astenia en medicina significa decaimiento). Este trastorno, que surge con la llegada del buen tiempo, se caracteriza por un profundo cansancio, agotamiento, decaimiento y falta de energía para realizar la actividad habitual. La astenia esta causada por una disminución de betaendorfinas en el plasma, sustancias que regulan el sistema bienestar-malestar, que al alterarse produce una sensación de decaimiento y agotamiento. Es consecuencia, esencialmente, de una adaptación de todo el organismo a los cambios de luz y temperatura que se realizan en la naturaleza. Para ello, es el eje hipotálamo-hipofisiario (que esta en nuestro cerebro) el que modifica los ciclos biológicos para, luego, actuar sobre diversas glándulas de secreción interna, principalmente las suprarrenales y gonadales, y sobre el sistema nervioso central. Se caracteriza por cursar con una pérdida de vigor pero sin perder la capacidad para realizar las tareas normales.
Existen dos tipos de astenia: de origen físico que se suele manifestar a través de cansancio y debilitamiento corporal, y de origen nervioso que se caracteriza porque la persona muestra un especial cansancio a la hora de realizar alguna actividad mental. Los síntomas que pueden presentarse son los siguientes:
• Tristeza inexplicable
• Irritabilidad
• Falta de apetito
• Cierta pérdida de memoria
• Tensión arterial baja
• Tono vital bajo
• Ausencia de interés sexual
• Dolor de cabeza y malestar general
• Debilidad muscular para hacer cualquier esfuerzo
• Cansancio
El ejercicio físico es necesario para combatir la astenia primaveral, de tal forma que las personas entrenadas tienen mejor capacidad de adaptación. No hay que olvidar que este pequeño problema es más frecuente en jóvenes asténicos (delgados) con poco tono muscular y con tendencia a la hipotensión arterial.
El ejercicio físico ordenado y frecuente, sin ser de carácter competitivo, es junto con la práctica de una alimentación adecuada, la mejor medida preventiva.
Otras medidas que podemos adoptar son las siguientes:
• Dormir todo el tiempo necesario
• Practicar ejercicios de relajación
• Seguir una alimentación a base de alimentos energéticos: dátiles, frutos secos, plátanos, legumbres, pastas, chocolate… Si estas medidas no son suficientes en ocasiones hay que recurrir a complejos vitamínicos y estimulantes del sistema nervioso como son la jalea real o el ginseng. De cualquier forma, no se tome estos complejos sin consultar antes a su medico de familia que habrá descartado otras enfermedades con sintomatología similar y que no sean la astenia primaveral.
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