Es uno de los anfibios más pequeños de Europa, con apenas 5 cm. Presenta un color verde claro característico, si bien algunos ejemplares pueden ser amarillentos, pardos e incluso con tonos azules (por ausencia de pigmentación amarilla).

Su piel lisa y brillante le da un aspecto gomoso. En su coloración, destaca una raya negra que va desde los orificios nasales, pasa por los ojos y termina en las axilas de las patas delanteras.

En la zona ventral, los tonos son más blancuzcos. Posee unas largas patas con ventosas en la punta de los dedos que le permiten trepar con facilidad por la vegetación y las ramas de los arbustos, dado que es una rana arborícola.

Los ojos son saltones, con la pupila horizontal. Tiene gran parecido con su pariente más cercano, la Ranita de San Antonio (Hyla arbórea), aunque esta última posee la banda oscura mucho más larga, hasta las pata traseras.

Habita los embalses, lagos, charcas, ríos y arroyos e incluso prados encharcados. Casi todo el día lo pasan camufladas entre la vegetación y solo se muestran activas al atardecer, saliendo de sus escondites para buscar insectos y arañas, su principal fuente de alimento.

Su canto es un croar lento pero bastante potente ya que los machos utilizan su saco vocal a modo de amplificador, consiguiendo ser oídos por las hembras a lo largo de un amplio territorio.

En Andalucía, la época de reproducción va desde enero a mayo. Se distribuye principalmente por el sur de Europa. Está incluida en el Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España bajo la catalogación de Casi Amenazada.

Los motivos principales son el aislamiento entre poblaciones, la hibridación con Hyla molleri y la reducción de mosquitos, su principal fuente de alimento, debido a las fumigaciones.

Por otra parte, están el deterioro progresivo de los lugares donde vive por los incendios, el desarrollo urbanístico y la contaminación de las aguas.

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