En 1989 caía el muro de Berlín, la Guerra Fría llegaba a su fin y con ella las fuerzas centrípetas que sostenían la paz social en países como Yugoslavia. Primero fue Eslovenia, después Croacia, y, en 1992, el multiétnico pueblo de Bosnia-Herzegovina decidía en referéndum su independencia. Se prendía un nuevo foco que culminaría con cerca de 100.000 víctimas mortales y aproximadamente 1,8 millones de desplazados.
“La idea de acoger en Mijas a un grupo de desplazados de la guerra de Yugoslavia parte de Samuel Toledano, por aquel entonces presidente de la Federación de Comunidades Judías en España, era amigo mío desde hace años y me llamó para preguntarme si podíamos acoger en Mijas niños del sitio de Sarajevo”, afirma el entonces alcalde de Mijas Antonio Maldonado. “Preguntamos a las familias mijeñas quiénes estaban dispuestos a acogerlos y mi sorpresa fue que todo el pueblo se volcó con la idea”, añade Maldonado.
Muchos de estos niños, junto a sus familias, consiguieron llegar a España con la ayuda de organizaciones judías, concretamente, a los municipios de Lloret de Mar y Calella. Hasta estos municipios barceloneses viajó el alcalde, junto a otros representantes municipales, para traerse a los niños. “Mi sorpresa fue encontrarme no solo niños, sino familias enteras que iban a ser obligadas a abandonar la residencia en la que estaban, se quedaban en la calle”, comenta Antonio Maldonado. “No era lo que nos habían dicho, pero era traerlos a Mijas o dejarlos en la calle”, concluye el que fuera primer edil.
Antonio Maldonado: “Preguntamos a las familias mijeñas quiénes estaban dispuestas a acogerlos y mi sorpresa fue que
todo el pueblo se volcó con la idea”Asimismo, unas semanas después, también a finales de 1992, llegó a nuestro municipio otro grupo, en este caso de familias incompletas, compuestas, en su mayoría, por niños. “Desde el Ayuntamiento se había presentado otro proyecto al Ministerio de Defensa para traer a niños desde la ciudad bosnia de Mostar”, nos dice el por aquel entonces jefe del Gabinete de Alcaldía, Carlos Calvo. “El proceso estuvo gestionado por una Mesa de Coordinación en la que participaron, entre otros, ONG, la oficina de defensa del menor, el Movimiento por la Paz el Desarme y la Libertad y representantes ministeriales”, según fuentes municipales.
De esta forma, Mijas acogió un total de 70 desplazados, 20 familias entre las que se encontraban 46 menores de edad, auténticos protagonistas de la visita de Su Majestad la Reina Doña Sofía a nuestro municipio el 11 de febrero de 1993, hace ahora 20 años. “Nos llamaron desde la Casa Real y nos dijeron que la Reina venía a Mijas para interesarse por la situación de los refugiados, especialmente de los niños”, apunta el exalcalde Antonio Maldonado.
Una visita inusitada
Por motivos de protocolo, en cuestión de días, el equipo de Gobierno tuvo que preparar la visita de Doña Sofía. Los Servicios Operativos no dieron abasto, convocaron a las principales asociaciones y colectivos, autoridades políticas, todo el pueblo de Mijas se volcó en ofrecer su mejor cara en un tiempo récord, tal fue la premura de la noticia que incluso “lo único que pudimos colocar en conmemoración fue una piedra de la cantera con una placa, no hubo tiempo para más” apunta Antonio Maldonado, para quien “aquello era algo muy importante, no se tenía constancia histórica de una visita Real a Mijas”.
En la mañana del jueves 11 de febrero de 1993, la Reina llegó a Mijas, se dirigió al Ayuntamiento para asistir a un acto conmemorativo que tuvo lugar en el Salón de Plenos. “Se me saltaron las lágrimas, fue muy emotivo”, dice Maldonado recordando las palabras de Ibrahim, el niño que habló en nombre de los refugiados. Incluso hoy día, veinte años después, el exalcalde sigue pensando que aquello fue una buena decisión, “me imaginaba lo que habían vivido, yo he estado en un Kibutz y he visto caer bombas y te aseguro que no es lo mismo que verlo por la tele”.
Tras el acto central, Doña Sofía accedió hasta el Patio de las Fuentes del edificio consistorial, donde se había organizado una exposición de artistas locales y con obras de los propios desplazados. Fue el momento en el que la Reina pudo saludar distendidamente a todos, especialmente, a los niños que fueron el motivo de su visita
Minutos después, Su Majestad se dirigió hasta el edificio Virgen de la Peña, justo enfrente del Ayuntamiento. “La Reina visitó la vivienda en la que se alojaba una de las familias desplazadas” nos apuntan desde fuentes municipales, marcando otro de los momentos más emotivos de aquel 11 de febrero de 1993, la que es ya una de las fechas más destacadas de la historia de Mijas.
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