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Sábado 23/11/2024

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“Tras un episodio como este, la vida no continúa, comienza”

El programa Bienvenidos de Mijas 3.40 TV introduce una nueva sección que busca prevenir la violencia machista a partir de una serie de charlas impartidas por una mujer que la vivió en primera persona

El programa Bienvenidos de Mijas 3.40 TV introduce una nueva sección que busca prevenir la violencia machista a partir de una serie de charlas impartidas por una mujer que la vivió en primera persona.

A Yolanda le gustaría que también fueran visibles los casos de mujeres agredidas, no solo fallecidas A Yolanda Soler, los terribles episodios de maltrato vividos con su expareja le han servido, 12 años después, para impartir una lección de vida. Una vez superadas todas las secuelas que aquella experiencia le dejó, su propósito es compartir sus vivencias con otras mujeres que se encuentren en la misma situación, transmitiendo el ejemplo de que es posible salir adelante.

A partir del viernes 23, el programa Bienvenidos inaugura una nueva sección en la que Yolanda ofrecerá una serie de charlas preventivas en las que explicará, paso a paso y según su propia experiencia, las diferentes fases de una relación machista.

Junto a ello, esta mijeña también ha comenzado a impartir charlas en institutos para prevenir este tipo de comportamientos entre adolescentes; la primera tuvo lugar el jueves 22 en el IES Sierra Mijas.

La principal meta de Yolanda es convertirse en educadora social y poder colaborar en las terapias y programas de ayuda que ofrece el Centro de la Mujer de Mijas.

Las charlas

El ciclo de charlas comienza con la primera fase de una relación machista, “la creencia de que es algo que no me va a pasar a mi”, explica. “Yo venía de una familia acomodada y pensaba que esas cosas siempre le pasaban a otra gente. No a mí, y menos a mi pareja, un belga, rubio y de ojos azules”, cuenta.

A lo largo de estas ponencias, Yolanda relata el calvario que vivió al lado del que fue su marido. Celos patológicos, baja autoestima, alejamiento de la familia o abandono de las aficiones son algunos de los síntomas que esta mijeña, tras haberlos padecido, pretende hacer reconocibles a otras víctimas.

“Tras alejarme varias veces, siempre me buscaba pidiendo perdón. Su táctica era provocar lástima, autolesionarse y arrepentirse hasta que yo volvía”, recuerda.

A pesar de todo, la situación continuó igual, siempre intentando justificar las acciones del maltratador, hasta que decide abandonarlo definitivamente. “Fue entonces cuando me agredió más seriamente, estuve en el hospital y ahí me di cuenta de lo que había pasado”, rememora.

Un año y medio después, se celebró un juicio que se saldó con dos meses de cárcel para el agresor. Sin embargo, y a pesar de lo injusto del caso, Yolanda decidió cerrar un capítulo en su vida y trasladarse a Barcelona, donde comenzó de nuevo y residió durante diez años.

Hoy, ha rehecho su vida y es madre de un bebé de dos años. “No obstante, siempre es bueno estar alerta, mantener un poco de miedo para reconocer cualquier tipo de maltrato. Sin duda, las cicatrices son experiencias de vida”, asegura.

El maltrato en la actualidad

Yolanda afirma que, hace 12 años, existían pocos cauces oficiales para que un caso de violencia de género pudiera ser denunciado o reconocido en la opinión pública. “Hoy, sin embargo, existen ayudas para las víctimas, hay más seguimiento por parte de la Guardia Civil, existe mucha ayuda por parte del Centro de la Mujer y, por supuesto, el botón de alarma”, indica.

No obstante, según su experiencia, “lo más importante es la voluntad de superarlo. Muchas veces, la dependencia económica o el síndrome de Estocolmo provoca que muchas mujeres se acostumbren y aguanten”. Sin embargo, para ella, el maltratador es alguien incapaz de cambiar. “Se trata de un perfil de su personalidad, es algo innato, es un rasgo muy marcado de su carácter”, afirma.

No obstante, y como dice el refrán, ‘el ser humano tropieza dos veces con la misma piedra’, y Yolanda tuvo que enfrentarse por segunda vez a la violencia machista, esta vez de índole psicológica, con su pareja de Barcelona. “Me decía que era privilegiada por estar a su lado”, recuerda. Una relación de la que, afortunadamente, logró salir airosa y que le dio la oportunidad de iniciar una historia que, a día de hoy, la hace ser una mujer feliz.

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