El arte de tejer ha pasado en muchas ocasiones de generación en generación. Las abuelas enseñaban ganchillo, crochet o punto a las más pequeñas de la casa, principalmente féminas, y elaborar piezas a mano era, antiguamente, lo más habitual. Con la llegada de las firmas de moda, esta tradición se convirtió casi en un arte, en una manualidad que pasó a un segundo plano para aliviar el tiempo libre y entretenerse. Sin embargo, desde diferentes sectores se está recuperando este arte por sus múltiples beneficios a todas aquellas personas que lo practican: reduce el estrés, mejora el estado de ánimo, promueve la creatividad, incrementa la autoestima, desarrolla la habilidad psicomotriz, mejora la coordinación de ambos hemisferios y ayuda a socializar…

- Los tejedores demostraron su buen hacer con las agujas. |
- Asociación Las Cañadas
La Asociación de Vecinos Camino de Las Cañadas mantiene un taller sobre esta práctica ancestral, que volverá a retomarse en el mes de septiembre. La monitora de este taller promovió el pasado día 7 de junio este primer encuentro de tejedores con motivo del Día Internacional de Tejer en la Calle. “Queremos que las nuevas generaciones también se enganchen a estas técnicas tan bonitas y con las que se consiguen elementos decorativos, incluso figuras. Queremos que no se olvide esta tradición”, afirmó la presidenta del colectivo Mariola López.
En el parque del Agua se dieron cita un buen número de aficionados que con sus lanas e hilos compartieron una velada muy agradable. El encuentro contó con la colaboración del Ayuntamiento de Mijas.
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