El pasado lunes 16 de diciembre, el IES Sierra de Mijas celebró la quinta edición de su tradicional mercadillo solidario, consolidando una iniciativa que une solidaridad y sostenibilidad. Este año, la recaudación se destinará a un alumno del centro que ha perdido su hogar recientemente en un incendio. Además, como en ediciones anteriores, parte de los objetos y ropa recogidos será donada a la Fundación Cudeca, que apoya a pacientes con enfermedades terminales y a sus familias.

“Desde el programa Ecoescuela, todo el alumnado y el profesorado ha estado dispuesto a colaborar. Se ha puesto un carrito en el instituto y todos han ido llevando ropa, calzado y objetos”, apuntó Laura Carrillo, profesora de Lengua y Literatura del IES Sierra de Mijas.

 

La participación estudiantil ha sido fundamental en el éxito del mercadillo. Alumnos como Alexandra Cuevas destacan cómo actividades de este tipo no solo tienen un impacto solidario, sino también educativo: “He traído varias prendas de ropa y me ha parecido muy buena esta iniciativa porque es una manera de concienciar a los alumnos sobre la reutilización de ropa. Ahora, está muy de moda el hiperconsumismo y mucha gente compra ropa barata y la intercambia continuamente”. A esto, la alumna añadió que “hemos aprendido que podemos reducir nuestra huella de carbono, podrían hacer más mercadillos no solo en los institutos, sino también en los que se hacen los fines de semana, en recintos feriales o en tiendas ‘vintage’ de segunda mano”. Otros estudiantes, como Sandra Cabrera, refuerzan la idea de que es crucial involucrar a más jóvenes en el consumo responsable: “Es muy importante porque así podemos concienciar a más alumnos a comprar ropa de segunda mano”, apuntó la joven.

Hábitos de consumo

Para Juan Martín Ramírez, otro alumno del IES Sierra de Mijas, este mercadillo no solo ayuda económicamente a quienes lo necesitan, sino que también enseña a los jóvenes a cuestionar los hábitos de consumo actuales: “Realmente es importante porque los jóvenes pueden ver qué ropa usar de segunda mano y se ayuda tanto a familias que lo necesitan como a reducir la sobreexplotación de recursos que vivimos hoy en día”, manifestó el estudiante.

Estas iniciativas no solo ayudan a quienes más lo necesitan, sino que fomentan valores como el respeto al medio ambiente, el trabajo en equipo y la responsabilidad social. Una vez más, el centro demuestra que pequeñas acciones pueden generar grandes cambios, tanto en la sociedad como en el planeta.

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