Os presentamos a Cris, una tortuga boba, de la especie ‘caretta caretta’, rescatada en la costa de Almería el pasado mes de julio, donde apareció varada. Su recuperación se ha llevado a cabo en el Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz (CEGMA) de Algeciras, donde tuvo que ser intervenida en una de sus aletas. “Tuvo que ser tratada y curada, especialmente, en su aleta derecha delantera, que finalmente ha tenido que ser amputada, ya que la tenía enredada en una red como consecuencia de la contaminación que hay en nuestros océanos”, declaró el concejal de Medio Ambiente, Marco Cortés (PP).
Asimismo, Cortés subrayó que es la primera vez que se propone esta suelta de una tortuga marina en la costa de Mijas: “Estamos muy contentos y les he pedido que no sea la última y que se realicen más en nuestra localidad y podamos compartirla con más mijeños”.
Por su parte, el coordinador del Medio Marino de Málaga, Manuel Gordona, apuntó que este tipo acciones se han llevado también a cabo en otras zonas de la Costa del Sol, pero que en el caso concreto de Cris se hace en el litoral mijeño porque la playa del Sheriff “es una Zona de Especial Conservación (ZEC) y es un punto estratégico a la hora de soltar una especie de este tipo”.
La recuperación de Cris
En un primer momento, en el CEGMA, Cris fue sometida a un chequeo completo, radiografías y se le realizó un análisis del hematocrito y proteínas totales. También se le tomaron muestras de sangre, que fueron enviadas al Centro de Análisis y Diagnóstico de Fauna Salvaje de Málaga, donde se realizó un exhaustivo análisis de su caso. Y es que el quelonio fue recogido en muy malas condiciones, como explica la veterinaria Alejandra Cerezo: “Estaba muy deshidratada, delgada, bastante débil, además, tenía enmallada una de sus aletas, que le provocó una necropsia”.
En el CEGMA se estableció un primer tratamiento, consistente en una pauta de rehidratación intravenosa, antibioterapia y curas y desbridación de la extremidad y, posteriormente, se procedió a la amputación de la extremidad a nivel distal del húmero y se estableció una pauta de curas diarias para asegurar el éxito de su recuperación.
Pese a la pérdida de esta aleta, como pueden ver en las fotos, Cris se encuentra en perfecto estado. “En cuanto la metimos en el agua se puso a comer, esto siempre es una buena noticia en este tipo de animales, poco a poco, y con paciencia, ya se ha recuperado y hemos tenido la oportunidad de devolverla a su medio, que es donde tiene que estar”, aseguró Cerezo.
Durante los próximos seis meses aproximadamente llevará en su caparazón una marca satelital, que ha sido colocada por el Oceanografic de Valencia. “Esta marca emite una señal cada vez que sale fuera del agua y cuando pasa un satélite y lo detecta nos da la ubicación en la que se encuentra”, expuso la veterinaria, que añadió que “de esta manera podemos hacer un seguimiento hacia dónde se desplaza y que, además, nos permite estudiar esta especie, que de otra manera es muy difícil porque siempre suele estar en el agua”.
Y tras completar su proceso de recuperación, Cris ya vuelve a nadar… en libertad.
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