Sin embargo, la realidad es que en España la población es eminentemente sedentaria
y no practica de forma regular (al menos 3 veces en semana) actividad física o deportiva alguna.
Desde hace tiempo son conocidos los efectos beneficiosos que el ejercicio tiene sobre nuestro organismo, estado físico, psíquico y mental, previniendo y tratando enfermedades. La práctica deportiva es una alternativa a estilos de vida perjudiciales y nos sirve para aumentar nuestra red de relaciones sociales.
Y aunque ahora la mayoría de la población conoce estos beneficios, nos seguimos encontrando con una serie de obstáculos que dificultan la adopción de un estilo de vida físicamente activo (preferencia por el ocio nocturno, nuevas tecnologías, disminución del tiempo libre, etc.).
En España, la población es eminentemente sedentaria y no practica de forma regular actividad física algunaTodo esto, junto a otros factores como el consumo regular de alimentos altamente calóricos nos lleva a la cabeza en Europa de la tasa de obesidad en los menores de 24 años, que es de 4 de cada 10. La obesidad acarrea alteraciones psicosociales, problemas ortopédicos, cutáneos y respiratorios, aumento del colesterol, de la diabetes y disminuye la esperanza de vida al menos en 10 años.
Por otro lado, la esperanza de vida de nuestros mayores ha aumentado considerablemente y mantener un buen estado de salud depende en gran medida de la realización de actividades físicas.
En los tiempos de crisis en los que vivimos, rodeados de recortes, me parece una buena idea reducir el alto gasto de la sanidad en problemas relacionados con la obesidad y el sedentarismo a través de un plan definitivo para promocionar y consolidar la práctica habitual de ejercicio físico entre los españoles de todas las edades.
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