La sociedad se muestra cada vez más diversa en todos sus ámbitos. Ya hablamos con normalidad de diversidad funcional, diversidad de capacidades y habilidades, pero aún no se visibiliza la diversidad familiar. Y “lo que no se muestra no existe”, afirman las expertas en la materia Mercedes Márquez y Nur María Mir, que ayer ofrecieron una charla en el CEIP El Albero sobre la atención a la diversidad sexual y de género para sensibilizar sobre la prevención del ‘bullying’ y la LGTBI-fobia. Aún no encontramos ejercicios de matemáticas donde “las mamás de Paula compran cinco kilos de patatas y cuatro de tomates…, o historias donde Raúl vaya al parque con su muñeca favorita y allí se encuentre con sus amigos y jueguen a las princesas”, explicaron como ejemplo.

Las familias cada vez asumen más con total normalidad la diversidad, ya que quieren a sus hijos “tal y como son”, pero tienen miedo al entorno cercano, a los vecinos y compañeros del colegio, a los niños y familias del parque, porque en muchas ocasiones se utilizan etiquetas despectivas y adjetivos descalificativos, porque se suele ser hostil con lo diferente. 

Según Mir, maestra del colegio, “la diversidad afectivo-sexual y familiar todavía no se trabaja, ni se trata, ni se visibiliza adecuadamente en los centros educativos por parte de los docentes, ni dentro de las familias. Sigue habiendo muchos estereotipos y prejuicios alrededor de esta temática. Es necesario seguir trabajando para romper con esos estereotipos y prejuicios porque si no eso desencadena actitudes y comportamientos por parte del alumnado y de los futuros ciudadanos, de  aumento de delitos de odio hacia el colectivo LGTBI”. 

 

El objetivo de estas formaciones es evitar futuros comportamientos de rechazo, miedo o fobia hacia la diversidad en todos los ámbitos, incluso delitos de odio. Por su parte,  Márquez, experta de la Delegación de Educación de la Junta, aseguró que “vamos a trabajar la importancia de la atención a la diversidad, no solo de actitudes y de capacidades, sino también la diversidad familiar, afectiva, sexual, de género, para sensibilizar en la prevención del ‘bullying’ LGTBI-fóbico”. 

La charla de las dos profesionales dio muchas claves prácticas sobre cómo afrontar estos temas dentro de la familia y del colegio y dieron a conocer los principales miedos de las familias. Máquez afirmó que “las familias tienen miedo, sobre todo a la homofobia en la calle. Por ejemplo, si tienen un nene que es femenino, que le gustan las muñecas, que se maquilla… La familia tiene mucho miedo al entorno social, aunque internamente sean tolerantes. Son receptivas, y quieren a sus niños pero tienen mucho miedo a la crítica social, tienen miedo al acoso y al entorno hostil. En definitiva, tenemos aún una sociedad con fobia a estos temas, y eso se pone de manifiesto en las reuniones sociales o familiares. Hay más miedo con los niños que se salen de ese modelo hegemónico de masculinidad”. 

Sin embargo, en esta ocasión dicen las expertas, “las niñas que juegan al fútbol, son deportistas, o no visten tan femeninas, no sufren tanto la presión de ese modelo heterosexual,  tradicional, o de esa norma de género”. La presión está más sobre los niños. Estas profesionales abogaron por normalizar la diversidad afectivo-familiar, cada vez más frecuente en nuestra sociedad. 

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