El tiempo en Mijas

Sábado 23/11/2024

Actualidad

Yo no me muerdo la lengua

Cuántas veces habrá escuchado expresiones del tipo “yo no tengo pelos en la lengua”, “no me muerdo la lengua”, “yo lo digo todo a la cara”.

Cuántas veces habrá escuchado expresiones del tipo “yo no tengo pelos en la lengua”, “no me muerdo la lengua”, “yo lo digo todo a la cara”. Mucha gente ve esa actitud como una virtud, pero ¿lo es realmente?

Se trata de una virtud cuando esas cosas que digo de frente, sin dobleces, sin rodeo, sirven como comentario constructivo para mejorar una situación; cuando sirven para informar; cuando sirven para solucionar un problema. En cambio, es todo lo contrario a una virtud, es decir, una maldad y una perversión, cuando lo que se dice está comandado por el rencor, el odio, o la venganza, cuando lo que se dice lo único que aporta es un sufrimiento innecesario para otras personas sin aportar nada positivo.

Habrá que asumir que es inherente al humano meter la mata. Ni ser un fanático del silencio, ni ser un fanático de la verdad, ya sabemos que con los fanatismos no se llega a ninguna parteMás que de valientes, a veces es de imprudentes; otras veces es la consecuencia de tener un gusto por la provocación; otras es cuestión de exhibicionismo; y así, en nombre de la franqueza, uno va levantando tempestades. En numerosas ocasiones la verdadera virtud es saberse callar. En cualquier caso usted es libre de decir lo que quiera, pero está obligado a asumir las consecuencias. Esas personas que están orgullosas de “no tener pelos en la lengua” muchas veces no son conscientes de los conflictos que generan.

Por otro lado, estas distintas expresiones, hacen referencia a no tener problemas en decir la verdad. Les pregunto yo ahora, ¿qué verdad?, ¿hay una verdad absoluta de las cosas?, ¿o la verdad se limita a la vivencia de cada persona? Este tema, del cual ya escribí hace algún tiempo, me sigue llamando la atención. Quizá porque es frecuente que la gente alardee de sinceridad. Quizá porque aunque uno un día se muerda la lengua, otro día puede tener un ataque de sinceridad, de querer tener la última palabra, o de molestar. Cada día uno se tiene que ganar a sí mismo. No se aprende de un día para siempre, igual que los músculos, no se hacen durante un tiempo y duran para toda la vida.

Carentes de libro de instrucciones en cada situación habrá que valorar si es mejor callarse o expresarse, y para ello debemos tener criterio y saber lo que nos estamos jugando. Para ello habrá que asumir que es inherente al humano meter la pata. Ni ser un fanático del silencio, ni ser un fanático de la verdad, ya sabemos que con los fanatismos no se llega a ninguna parte.

Comparte esta noticia desde el siguiente enlace: https://mijascom.com/?a=2606

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai