Llegó a Mijas en 1984, tras haber sido sacerdote en otros municipios de la provincia. En estos 38 años, el  párroco de Las Lagunas, José María Ramos, asegura haber hecho “todo lo que ha podido, con honradez y con alegría”, aseguró. Recientemente, el Obispado de Málaga le rindió un sencillo acto homenaje por sus 50 años de vida sacerdotal y, en su propia parroquia, la de San Manuel González de Las Lagunas, el pasado viernes 24 se celebró una misa en su homenaje. 

Visiblemente emocionado, el párroco de Las Lagunas agradeció el cariño recibido durante la misa. Ramos estuvo muy arropado durante la celebración religiosa por compañeros y familiares, tanto en el altar como entre el público. Fueron muchos los que quisieron mostrarle su cariño y agradecimiento por su medio siglo sirviendo al pueblo. “Llegaste a Mijas y aquí te encontraste con una iglesia muy pequeña, lo que hoy es nuestra capilla de Nuestra Señora de Fátima, apenas cabíamos todos cuando celebrábamos algo. Al cabo del tiempo empezaste a levantar este templo, cuánto sufrimiento y cuántas noches sin dormir, pero cuántas alegrías cada vez que se ponía un ladrillo nuevo. Por donde pasaste, dejaste huella, con amigos que aún siguen viniendo a verte”, relató una de las sobrinas de Ramos, María Pilar Ramos, que habló en nombre de su familia. “De parte de toda la familia queremos dar las gracias a todos los que durante estos 50 años habéis cuidado de mi tío, de todo corazón gracias”, concluyó María Pilar.

 

Agradecimientos

También tuvo palabras de elogio hacia Ramos, el también párroco y compañero, Fermín Negre, quien puso en valor “su vida, su sacerdocio, su amor, su entrega… ha sido una semilla impresionante”. “Para mí y para tantos, para mí es mi compañero, pero como si fuera mi familia, José María darte las gracias en mi nombre, porque mucha de la responsabilidad de que yo siga ‘palante’ con mi misión, a mi manera, porque ya sabéis que soy un ‘bolaera’, pero intentando hacer el bien, es gracias a ti”, apuntó Negre. Por su parte, el párroco de Mijas Pueblo, Francisco Villasclaras, también asistió para arropar al cura de Las Lagunas. Ambos estudiaron juntos en el seminario y coincide que ambos han cumplido 50 años en el sacerdocio. 

Al término de la misa, Ramos recibió muchas felicitaciones y, por supuesto, mostró su agradecimiento a quienes le dedicaron unas palabras y para quienes, desde el silencio, dijo, también le apoyaron: “Y a todos los que no habéis hablado, pero que estáis hablando con vuestro silencio, de verdad, gracias”, concluyó el párroco lagunero. 

 

50 años de vida sacerdotal 

Desde la tranquilidad de su despacho parroquial, donde el párroco concedió una entrevista a Mijas Comunicación, repasó estos 50 años atrás. Llegó a Las Lagunas cuando ni siquiera existía la parroquia de San Manuel González, entonces daba las misas en lo que hoy es la capilla de Nuestra Señora de Fátima de El Albero. “El primer día, el 4 de noviembre de 1984, cuando fui a celebrar la misa, no tenía ornamentos, y tuve que ir a mi casa por los ornamentos de mi primera misa”, recordó como dato anecdótico el párroco. “La capilla del Albero era “pequeñísima”, siguió relatando, “ a lo que tenemos hoy, de templo, de complejo parroquial, de la casita de Cáritas, de las viviendas de personas acogidas…esto ha sido un trabajo, de día a día, día a día, apoyado y ayudado por mucha gente de la parroquia”, dijo Ramos, quien añadió que “no es obra mía, sino que es obra de la parroquia”.

Humilde, sincero y agradecido, se mostró tranquilo por todos estos años de dedicación. Nació en Fuengirola y antes de llegar a Mijas fue sacerdote en otros pueblos de Málaga, como Ronda, donde empezó, Cañete La Real, Manilva o Estepona, entre otros. Experiencias que recuerda “con muchísimo cariño”. “Y en noviembre del 84 comenzó la historia de la parroquia de San Manuel. Y empezamos allí y después de mucho trabajo, mucha lucha… tenemos el templo que tenemos hoy y una vida comprometida de muchos creyentes”, comentó el cura. 

 

Vivir el presente

“En el verano del 57 sentí la llamada de Dios”, rememora Ramos, y fue entonces cuando entró en el Seminario de Málaga. Estudió Teología en Granada “y a lo largo de todos estos años tú vas descubriendo tu vocación sacerdotal”, explica el párroco. En cuanto a su aportación al pueblo durante estos 50 años, asegura que es una cuestión a la que deben responder los vecinos. “Yo he hecho lo que he podido y lo he hecho con honradez, con alegría, sirviendo a los demás, con mis aciertos y mis errores”, apuntó.  

Respecto a cómo se presenta el futuro, Ramos ofreció un sencillo pero valioso consejo para todos: “Sé feliz hoy. Vivir preocupado por el futuro o en la añoranza del pasado, te impide ser feliz hoy. ¿Sobre cuál es mi futuro?, está en las manos de Dios y hasta que el Señor Obispo y mi salud aguante”, expresó entre risas. Ramos recuerda que “la vida es muy frágil” y que no debemos vivir “obsesionados por el futuro”. “Si a algo nos condena Dios es a ser felices. Vivir la alegría del momento es una bendición de Dios”, concluyó. 

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