Ha imperado la cordura, pero ha requerido buen esfuerzo que la Junta entrase en razón, al tiempo que se ha cumplido lo prometido en el programa electoral del actual equipo de Gobierno Dios y ayuda la que ha costado convencer a la Demarcación de Carreteras de la Junta de Andalucía, acerca de la necesidad de hacer una actuación en el cruce de Valtocado de la Venta de los Condes, que favorezca, no a los vehículos, que también se benefician, sino a los ciudadanos que tienen la normal necesidad de pasar de un lado al otro.
Diríase que, a nivel local, ha sido el triunfo del ser humano sobre la máquina, habida cuenta de que se trata de una larga reivindicación de los vecinos de la zona, temerosos de un fatal accidente que se podía haber producido en cualquier momento.
Ha imperado la cordura, pero ha requerido buen esfuerzo que la Junta entrase en razón, al tiempo que se ha cumplido lo prometido en el programa electoral del actual equipo de Gobierno.
Un buen paso de cebra, que ha habido que pintar al menos por dos veces, (por la tozudez de la Administración Autonómica que la retiró en una ocasión) con la correspondiente señalización vertical e iluminación de la zona, además de una losa de hormigón en la parada del autobús y para los contenedores.
Hay que insistir en que la medida beneficia a los peatones, pero también los conductores sabrán agradecer el que se pueda evitar el temido accidente.
Haciendo un paralelismo, habría que propiciar que esa inclinación de la balanza, a favor del peatón y no de este cuando es conductor, debe prevalecer en la medida de semipeatonalización que, a modo aún experimental, se está llevando a cabo en el casco histórico de Mijas Pueblo.
Curiosa, la conducta humana, cuando queremos con nuestro coche aparcar en la puerta del lugar donde queremos llegar, para nada más bajarnos del vehículo, pretender encontrarnos en un espacio amable y exento de sobresaltos o atropellos.
Lo dicen quienes entienden de atraer visitantes a un municipio como Mijas. Las agencias y guías de turismo abogan por preservar nuestras calles, realzar el encanto y el sosiego, algo inalcanzable mientras se esquivan vehículos y camiones, uno detrás de otro.
Lo ha dicho Salvador Moreno Peralta, urbanista de prestigio. Mijas, municipio turístico con un casco histórico digno de alabar y muy pocas alternativas al tráfico, ha hecho la apuesta correcta.
Desprender de sus fachadas esos cables que tanto afean, potenciar sus valores como son las calles limpias y estrechas. Propiciar la conciliación entre el hábitat y sus habitantes, atemperando esa semipeatonalización, que permite el tránsito a motor de residentes y regulando el horario de la carga y descarga.
Hay ejemplos nítidos sobre esto, ciudades como Volewdam en Holanda, totalmente peatonalizada y una de las más visitadas de Europa. Santillana del Mar, en Cantabria, otro claro ejemplo.
Lo dicen quienes entienden de atraer visitantes a un municipio como Mijas. Las agencias y guías de turismo abogan por preservar nuestras calles, realzar el encanto y el sosiego, algo inalcanzable mientras se esquivan vehículos y camiones, uno detrás de otro Hasta que no seamos capaces de ver a los coches, en la justa medida de lo que son, herramientas al servicio del ser humano y no al revés, estaremos cruzando opiniones acerca de estas cuestiones sin poner las cosas en su sitio, como en Valtocado.
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