Cada uno se acerca al fútbol por un motivo distinto, por una razón particular y subjetiva, que puede variar a lo largo del tiempo. Puede ser por estar con los amigos, por disfrutar del espectáculo y albergar una pasión, por atracción física hacia algún jugador, por tradición familiar, por aburrimiento, o entre otras cosas, también por la estima a algún entrenador. Muchos son los que estos últimos años se sumaron al fútbol por el estilo y discurso de Pep Guardiola.
Adiós. Pep Guardiola deja de ser entrenador del Barcelona, y eso no ha dejado indiferente a casi nadie. Pero ya lo han dicho muchos: el fútbol ha existido siempre, y seguirá existiendo tras la marcha de Guardiola –menos mal, sino sería un caso de estudio-.
¿Por qué ha supuesto este adiós cierto impacto y tristeza? Pep Guardiola es una figura social relevante y para algunos una persona muy significativa emocionalmente. Su adiós, como dice Ramón Ubieto, requerirá un duelo, un tiempo para comprenderlo.
Como indica este psicoanalista, ese duelo sin duda será más difícil para las personas más cercanas –jugadores, técnicos y directivos-, y el duelo real no será el del personaje, que es sustituible, sino que cada uno tendrá que hacerse cargo de que ya no volverán a ser lo que eran para ese líder.
Como muy bien indica este profesional, el duelo que cuenta es que los jugadores ya no serán esos “chicos fantásticos” para ese entrenador, ni los técnicos “colegas imprescindibles”, ni los directivos “interlocutores preferentes”.
A pesar de los triunfos, a Guardiola le tocará seguir caminando. Porque la vida no se hace una vez y para siempre, sino que la vida hay que hacerla día a día. Sin saber de fútbol, me sumo al reconocimiento casi unánime. Gracias Pep por habernos hecho disfrutar tanto del fútbol, del saber estar y de la palabra.
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