Los colectivos de Afesol, AFA y Apaffer son asociaciones de carácter social que prestan servicio a pacientes y familiares de enfermedades mentales, alzhéimer y fibromialgia, respectivamente. El Ayuntamiento de Mijas, en su labor por ayudar a las personas que más lo necesitan, destinó en 2021 más de 82.000 euros en subvenciones a estas asociaciones. En total, más de 800 mijeños se beneficiaron de estas ayudas municipales. Así, Mijas Comunicación ha querido conocer la opinión de algunas de las familias que, indirectamente, se benefician de estas aportaciones económicas.

Afesol

Rosario Herrera y Angelines Maíllo son socias de este colectivo desde hace años. Sus historias son distintas, aunque muy parecidas a la vez: las dos saben lo que es tener en casa a un familiar con enfermedad mental. Cuando le diagnosticaron la enfermedad mental a su hija, Angelines no se lo podía creer, “pero era una realidad”, expresó para este medio. “Cuando mi  hija empezó con la enfermedad, teníamos todas las puertas cerradas. El conocer a Afesol, que apoya tanto a los enfermos como a los familiares, nos supuso mucha tranquilidad y mucha paz. Estoy encantada de pertenecer a Afesol, por supuesto”, relató esta madre, ejemplo de lucha y superación.

Rosario también es socia de Afesol desde el año 2010. Su hermano tenía una enfermedad mental y, aunque él ya no se encuentra entre nosotros, esta mujer, también luchadora e incansable, sigue peleando desde la asociación, incluso es miembro de la junta directiva. Ella asegura que cada vez hay más conciencia con esta enfermedad, pero que aún hay muchos estigmas. “Recuerdo que fui a la consulta de salud mental con mi hermano y vi el nombre de Afesol allí. No me lo pensé y me puse en contacto con ellos. Para mí Afesol me ha sido de muchísima ayuda. Yo le ayudé mucho a mi hermano, pero siempre contando con el asesoramiento de ellos”.

 

Así, el año pasado, el Ayuntamiento de Mijas le dio a Afesol, que presta ayuda desde 1999, una subvención de 65.000 euros. Además tienen cedido un terreno en Las Lagunas donde actualmente se están construyendo nueve viviendas tuteladas. Una ayuda que las familias valoran mucho. “El Ayuntamiento nos está ayudando bastante y estamos muy contentos”, comentó Herrera. Y en el mismo sentido se expresó Maíllo:  “estamos todos contentos con la ayuda que nos da el Ayuntamiento y también la Junta de Andalucía, siempre hace falta más ayuda claro, pero está muy bien. Porque pienso que nadie está libre de la enfermedad mental”, concluyó esta madre. 

AFA

“Hace seis años empezó con cambio de conductas, delirios, se creía su propia realidad, luego llegaron los olvidos, hasta que a través de Atención Primaria nos pusieron en contacto con los neurólogos”, relata Reme Merino, auxiliar de enfermería en AFA Fuengirola-Mijas Costa y nuera de Francisco Trujilo, quien asegura que “vimos conveniente tratarlo en un centro especializado, que son tan necesarios para estas personas y sus familiares”. “Se debería seguir financiando más estos centros, porque hoy son nuestros abuelos,  pero mañana seremos nosotros”, reivindica.

 

Fue hace tres años cuando los hijos de Cristóbal Fernández comenzaron a notar que la cosa no iba bien. “Mi padre tenía pérdidas de memoria, problemas en la conducción”, expone Cristóbal, su hijo, que, asegura que después de ir al neurólogo le diagnosticaron principio de parkinson y alzhéimer. Desde AFA Fuengirola-Mijas Costa le aconsejaron tratar la enfermedad  “con mucho cariño y paciencia”. Cristóbal acude al Centro de Día a realizar sus talleres haciendo uso del servicio de transporte. “Para mi madre es muy duro y desde que mi padre está en el centro tiene más tiempo para ella”. “Todas las ayudas que se den están muy bien”, valora sobre las subvenciones del consistorio al colectivo. 

Así, un total de 24 familias mijeñas se beneficiaron de los 10.000 euros que el Ayuntamiento destinó a AFA. Cuatro de estas familias son residentes, ocho provienen de plazas concertadas, dos privadas y 10 que van a los talleres.

Apaffer

Un accidente de tráfico le cambió la vida a Antonio Benítez hace unos ocho años. Fue a partir de entonces cuando comenzaron sus problemas físicos y también laborales. “Una vez que me dieron el alta, mi empresa vio que yo no podía realizar mis funciones correctamente, me despidieron y me decían que yo no podía tener tantos dolores por las hernias, a mi me dolían las piernas, rodillas, los tobillos, la caja torácica… me vi perdido en aquellos momentos”, relata Antonio. Tras realizar numerosas visitas al médico y llevar a cabo un sinfín de pruebas, le diagnosticaron fibromialgia y fue entonces cuando en su camino se encontró con Apaffer. “Me recomendaron esta asociación, me vine y fue una isla en un océano para mí”, asegura. 

 

Otra de las usuarias que se beneficia de los servicios de Apaffer es Rosa Ruiz. Hace más de 30 años le diagnosticaron la enfermedad y desde hace seis años es usuaria de la asociación. “El venir aquí es un relax, yo aquí me encuentro a gusto”, afirma Rosa, quien hace costura y como ella dice, “se encarga de las telas”, que luego convierte en objetos para la tienda solidaria del colectivo donde “disfruta atendiendo al público, me encanta”. Nuestra protagonista dice que ha encontrado en Apaffer su segundo hogar. “De una semana vengo de lunes a viernes”, dice riéndose mientras busca la complicidad con sus compañeros y compañeros y se emociona al hablar del cariño que recibe en la asociación: “Te encuentras arropada…” (Lágrimas).  

Tanto Antonio como Rosa agradecen el apoyo económico que el consistorio presta a Apaffer, que en el año pasado se tradujo en 7.500 euros. “Estoy muy agradecido al Ayuntamiento de Mijas porque sin su ayuda mediante la cesión de estos locales y ayuda económica no podríamos subsistir”, declara Antonio. En la misma línea se expresó Rosa, quien dijo que “gracias al Ayuntamiento y al alcalde Josele, que nos ayuda mucho”.