Micaela Fernández. Como muchísimos padres, la psicóloga, escritora y divulgadora Alicia Banderas también vive la educación digital con cierto respeto. Ella también es madre y es consciente de que las familias tienen hoy por delante un gran reto: “tenemos que educar a nuestros hijos en un uso responsable y saludable de las pantallas. La tecnología ya forma parte de nuestra vida y de la suya y es un tema que hay que abordar”, de manera urgente y sin excusas. En su nuevo libro ‘Habla con ellos de pantallas y redes sociales’, Banderas propone un plan de acción para las familias. Consejos y herramientas para trabajar con los hijos, juntos y no en constante confrontación.
Mijas Semanal. En su último libro, ‘Niños sobreestimulados’, reconoce que fue un tanto “crítica” con las tecnologías por los peligros que pueden esconder, pero ahora está convencida de que hay que integrar las pantallas en la educación.
Alicia Banderas. Es verdad que fui crítica con las pantallas, por el tiempo que los niños permanecían delante de ellas. Pero al final te das cuenta de que es el hábitat natural en el que nos movemos nosotros y nuestros hijos. Las pantallas ya forman parte de la vida. Veía en consulta que había muchos conflictos por este tema y me di cuenta de que esto había que abordarlo. Lo mismo que educamos en valores en otros aspectos de la vida, como por ejemplo en hábitos alimentarios, las pantallas también tienen que ser incluidas en esta función de los padres. Tenemos que educarles en un uso responsable y saludable de las pantallas. Igual que nos preocupamos por cómo se portan nuestros hijos en el patio del colegio, en la calle, con los amigos… nos tenemos que preocupar por saber cómo se comportan en las redes sociales, porque es otra forma de socialización.
M.S. Su nuevo libro se presenta como una guía práctica, de hecho, por un lado se dirige a los padres y, por el otro, a los propios hijos.
A.B. Sí, es un libro muy ilustrativo y muy gráfico. Y tiene dos portadas. Una para los padres y otra para los propios adolescentes. Propongo ejercicios prácticos para hacer conjuntamente padres e hijos.
M.S. Desde hace ya tiempo y especialmente con la cuarentena que vivimos hace un año, la tecnología está mucho más presente en nuestras vidas. Usted asegura que los padres ya no pueden mirar para otro lado y que deben incluir las pantallas en la tarea educativa.
A.B. Muchos padres, incluido yo, por rechazo, por desconocimiento, por miedo, han dejado a los niños frente a las pantallas solos y eso ha tenido un impacto emocional en su cerebro y en sus vidas y es hora de que eso entre dentro de nuestra tarea educativa. Ya no podemos dejarlo de lado, por la brecha digital, porque tenemos animadversión o porque lo desconocemos. Nos lo tenemos que plantear desde otra perspectiva. Si yo quiero que mi hijo nazca sano, saludable, feliz y lo más satisfecho posible, esto es otro área más a abordar. Esto también es educación en valores. A raíz del confinamiento tan severo que tuvimos se ha disparado el consumo digital, nos hemos dado cuenta de que necesitamos la tecnología, a nivel de ocio, trabajo, educación, para socializar... Ante una situación extrema hay veces que es adaptativo actuar de forma extrema como se ha hecho, pero ahora ya hay que hacer esa desescalada digital. Ya hemos visto que las pantallas forman parte de nuestras vidas, ahora hay que darle una vuelta a todo esto. Antes demonizábamos mucho las pantallas, pero como ahora hemos visto también su parte positiva, tenemos que educar a nuestros hijos en una salud digital.
M.S. ¿Y qué pasa con los padres que se encuentran perdidos a nivel tecnológico? ¿O aquellos que están en contra del uso de las pantallas?
A.B. Ha llegado el momento de que nos preguntemos ¿por qué rechazo la tecnología? Si no nos preguntamos, no vamos a saber qué nos pasa. Puede ser desconocimiento, pero hoy en día hay muchas formas de formarse. Es que si queremos a nuestros hijos, el mejor acto de amor es educarle en valores respecto a la tecnología, porque es su salud. Ya tenemos que integrarnos, ya no nos podemos desquitar porque no es nuestra función o porque queremos que lo hagan otros, porque las consecuencias las estamos viendo ya en nuestras casas. Si no lo hacemos por comodidad, tendremos que chequearnos, porque lo que es cómodo hoy, mañana puede ser un problema. Más vale hacer un esfuerzo a nivel preventivo que tener luego problemas reales.
M.S. Muchos padres se sienten culpables porque están perdidos.
A.B. Lo que quiero es desculpabilizar a los padres, pero vamos a ir dando pasos, dándonos cuenta de por qué sí tenemos que educarles en una salud digital. Lo mismo que quieres conocer a los amigos de tus hijos, tienes que conocer cuáles son las redes sociales que usan, preguntarle por qué las usa y para qué. Hay que abrir vías de comunicación. Interesarnos por su mundo, cuando nuestros hijos ven que nos interesa su mundo, aunque a lo mejor te horroriza algo, y lo escuchas, solo ese paso es muy importante para conectar con ellos.
M.S. Propone que no se vea la adolescencia como una etapa horrible. Incluso defiende que padres e hijos pueden disfrutar de ella. Pero primero habría que entenderles, ¿no?
A.B. Sí. Hay demasiados mitos en torno a la adolescencia. A veces no les entendemos por miedo. Si nos pusiéramos 5 minutos a reflexionar sobre cómo éramos nosotros, qué riesgos corríamos... Lo veríamos de otra forma. No podemos hacer una guerra frontal y luchar constantemente contra ellos. A veces lo que nos da miedo, cuando tenemos dificultad para manejar algo, es como que no lo queremos ver. El miedo a veces no nos deja empatizar ni escuchar. De repente descubres que los hijos se van haciendo mayores, que tienen sus propios pensamientos, sus propias relaciones... Y eso asusta. Este libro también trata de abrir vías de comunicación con los hijos. Ellos van a caer en muchas situaciones de riesgo, van a estar frente a una ventana abierta al mundo y van a tener que saber manejar esos riesgos. Es importante que sepan cuándo pedir ayuda, vamos a tener que ayudar a nuestros hijos a cuestionarse muchas de las cosas que ven, necesitamos mucho entrenamiento y solo si abres vías de comunicación vas a poder hablar de esas cosas. Más que prohibir contenidos, la competencia del siglo XXI va a ser el pensamiento crítico.
El libro de Banderas es una herramienta muy útil tanto para padres como para hijos para aprender a hacer un uso seguro de las tecnologías. ‘Ciberbullying’, ‘sexting’, ‘grooming’… son solo algunas de las potenciales amenazas que la web depara para los más jóvenes. Las pantallas han irrumpido en nuestra vida ocasionando preocupación y muchos conflictos. Para la escritora es “urgente” y necesario abordar este asunto desde una información veraz y rigurosa. No se pierda la próxima entrega de ‘Familias y pantallas’ de Mijas Semanal, con muchos más consejos para que el viaje cibernético de nuestros hijos tenga más experiencias agradables que piedras en el camino.
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