M.J. Gómez. Para la quinta edición del Encuentro por la Cultura, las Madres Narradoras del Proyecto Arco Iris han querido llevar a cabo una iniciativa con la que resaltar y poner en valor las trayectorias de aquellos seres humanos que son ejemplo y referentes para los demás. Con este propósito se ponía en marcha la iniciativa “Vidas, que dan vida”.
El patio de la Casa Museo (Mijas Pueblo), la primera tarde de verano y un grupo formado por más de 20 personas con mucho interés por escuchar y compartir, fue todo lo que se necesitó para disfrutar de esta actividad, en la que el público asistente fue parte protagonista del mismo.
Compartieron sus historias y su experiencias con el público la mijeña Lázara Moreno Cruz que recuperó la memoria de la Mijas de los años cincuenta a través del relato de la vida de su abuela Margarita y la profesora María de los Ángeles Vidal Doncel, que habló de cómo el extraordinario maestro y pedagogo José María de Toro marcó su ejercicio docente con un antes y un después, cuando aprendió de él a Educar con Corazón.
Pero no fueron las únicas, el pintor José María Rembado habló de la capacidad de superación de un compañero de profesión, el pintor Ataulfo, que se quedó ciego y ha seguido pintando; la actriz Pepa Luna que hizo un homenaje a las madres solteras; la decoradora María José Moreno, que rememoró su vida profesional y los retos que tuvo que afrontar; el antropólogo Juan Porras, profesor de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, que desveló la interesante historia de un mijeño andalusí del siglo XV y otras participantes, como Josefa Galiano o Susana Pérez Peinado que rescató la memoria de Marie Curie.
Por su parte, la historiadora y escritora Rosa María Badillo, una de las personas impulsoras del colectivo Madres Narradoras, resaltó la figura de Nicolás Salmerón, presidente de la Primera República española, de Selma Lagerlof la primera mujer premio Nobel y de la neurocientífica Jill Bolte Taylor, “cuyos recientes descubrimientos son una antorcha de luz que alumbra el camino de la humanidad”, destacó Badillo.
Desde la organización destacan la amplia participación “de personas sencillas con un enorme afán de aprender y de seguir creciendo como seres humanos”, que, añaden desde el colectivo, “al final del acto se pudieron llevar un regalo: un pensamiento que había ayudado a vivir a una de las personas presentes. Pues, se realizó una actividad donde los asistentes pudieron compartir por escrito, aquello que les había servido para superar los desafíos que les había planteado la vida”.
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