Beatriz Martín. Aquí, unos se desprenden de lo que no usan para que otros vuelvan a darle vida. Es Gratiferia, el mercadillo de intercambio de artículos que, de nuevo, se montó el sábado 27 de abril en el parque lagunero fomentado las ocho R vinculadas a la sostenibilidad, como reutilizar. “Aunque pueda parecer casi una fiesta, para mucha gente esto tiene un montón de objetivos transversales como el reciclaje”, manifestó la organizadora del evento, Susana Cortés.

Había casi de todo: libros, ropa, muebles… Y es que la basura para algunos puede ser un tesoro para otros. “Es tan bonito cuando ves a alguna persona que encuentra aquí aquello que estaba buscando y que resulta que otra persona lo tenía estancado en casa y no le daba ningún valor”, destacó Cortés.

Este evento, además, tiene un fin solidario. Todo lo que no se lleven y se quede en los puestos será donado a un colectivo. “La edición anterior fue para la Asociación Española Contra el Cáncer y, esta vez, se donará a una protectora de animales”, afirmó la organizadora.

También permite hacer comunidad, estrechar lazos entre los vecinos, algo que intenta la Asociación de Vecinos María Zambrano, que colabora en la iniciativa, tal y como comentó su vicepresidenta, Charini Cortés. “Es la segunda vez que montamos este evento y estamos encantados porque está resultando un éxito y es que aquí puedes encontrar de todo, hasta un horno, como ocurrió en la primera edición”, dijo Cortés.

Algunos de los participantes resaltan el buen ambiente que se crea en torno a la Gratiferia y los chollos que se adquieren, como Bárbara López, que se llevó un vestido de crochet ya puesto.

Pues ya saben, reflexionen sobre su poder como consumidor, rechacen lo que no necesitan, reduzcan el consumo innecesario, reparen lo que ya tienen, reutilicen evitando desechables, reciclen, reincorporen a la tierra los residuos orgánicos y resistan, que todo esfuerzo cuenta.

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