Querido,

Todavía estamos de resaca del 14 de febrero. Quedan corazones en los escaparates, restos de tarta en algún frigorífico, rosas en alguna casa… una guinda sabrosa y romántica que podríamos haber sumado al cuidado interminable del amor. Pero yo no tenía ánimo de festejar nada, ya no te quiero.

Tú querías celebrarlo, pero no tenía sentido con todos los rifirrafes que tenemos. Tendríamos que preguntarnos entonces ¿qué es cuidar el amor más allá de las celebraciones? Para ti esa actitud quedó varada en aquellos días del cortejo. Aquellos días donde mostrabas lo mejor de ti.

Eres buena, trabajadora, no tienes vicios, eres una persona de tu casa… desde luego todo parece loable. Pero mientras te escribo, me doy cuenta de que “no te quiero”, quiere decir que estoy harto de muchas cosas. No puedo adivinar lo que te apetece; no puedo saber cuando un “no” tuyo es un “sí”, o cuando un “sí” te supone un sacrificio del que luego te estás vengando dos semanas; estamos bien y de repente te cortocircuitas y todo es una porquería y yo el peor marido; cuando estás de bajón me pides que falte a mis compromisos; me entierras bajo tus neuras variadas. Esto es realmente lo que no quiero. Me agota, y además tampoco sé qué tengo que hacer en esas situaciones.

Parecerá ahora que el malo soy yo porque no te aguanto más –porque el matrimonio es para lo bueno y para lo malo-, pero entiendo que una pareja no está sólo para aguantar –ya tengo complejo de columna de hormigón, de puching-, yo quiero ser solamente una pareja. Puedo apoyarte en momentos puntuales, pero recibir golpes sin esperarlos, y tener que levantarse una y otra vez es muy desagradable. Lo siento querida, yo no puedo ser cariñoso pase lo que pase, provocas situaciones insoportables que están dinamitando nuestro amor. Podría decirte eso de que te aguante tu madre, pero tampoco una madre aguanta eso.

En nuestro caso el paso del tiempo no ha desgastado nada. No ha sido el tiempo, reconócelo, has sido tú. Ha sido lo que tú has hecho durante este tiempo, si hubieses hecho otras cosas, ahora no me vería diciendo estas palabras bomba, ya no te quiero.

Nuestra relación podría llegar a otro sitio si tú dejases de pagar tus neuras conmigo. ¿Tú qué quieres hacer? Yo así no puedo seguir adelante. Sin más, seguimos hablando, no es el mejor momento para procesarte besos y abrazos.

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