Desde ahora, la plaza ubicada junto al Chiringuito Arroyo, en La Cala, será conocida con el nombre del patriarca de esta familia, Andrés Arroyo Blanco. Este martes se ha hecho realidad la decisión tomada por la corporación municipal en el pleno de septiembre. Su esposa, hijos, nietos, amigos y vecinos han querido estar presentes en este reconocimiento, en el que se ha recordado la gran aportación de Andrés Arroyo Blanco al progreso del núcleo marinero. “Agradeceré este nombramiento al Ayuntamiento todas las veces que haga falta. Estoy emocionada y contenta al mismo tiempo”, decía poco antes de empezar el acto su mujer, Concepción Zambrano.
El alcalde de Mijas, Juan Carlos Maldonado (Cs), ha presidido esta inauguración y, junto a uno de los hijos de Andrés, se ha encargado de descubrir la placa que lucirá a partir de ahora esta plaza, con el nombre de este conocido empresario caleño. “Es muy satisfactorio saber que la corporación, independientemente del color político, coincide en que tenemos que ser agradecidos y darles ese merecido reconocimiento a vecinos que con su esfuerzo han permitido que Mijas sea proyectada hoy como uno de los mejores destinos turísticos y una de las mejores zonas donde vivir”, valoraba el alcalde.
Tras él se acercaba al atril Alberto Arroyo, nieto del homenajeado, que aprovechó su intervención para recordar cómo era su abuelo. “Tuvo que aprender a comunicarse con los extranjeros que venían de vacaciones y, a pesar de los escasos estudios que tenía, conseguía entenderse con ellos en su chiringuito”, comentaba. “Seguro que nuestro abuelo estará orgulloso de ser recordado con su nombre en esta plaza en la que tanto ha luchado y trabajado”.
Andrés Arroyo Blanco nació el 31 de octubre de 1931. Desde muy pequeño comenzó a trabajar cuidando animales. También se dedicó al transporte de arena, a la construcción y a otros menesteres, hasta que en 1975 decidió abrir las puertas del primer chiringuito de la costa mijeña. Hoy destacaban de él su constancia, su habilidad para tratar con los extranjeros aunque no dominase el inglés y su esfuerzo por conseguir que su chiringuito fuera un referente en La Cala. “Durante toda su vida se entregó a su trabajo y fue parte importante del desarrollo turístico del núcleo caleño. Luego les cedió el testigo a sus hijos, que también conocemos por la labor que realizan”, señalaba Fuensanta Lima, portavoz del Grupo Municipal Socialista.
Pero Andrés, y en general toda la familia Arroyo, también son muy queridos en La Cala por ser ejemplos de solidaridad. “Cada Navidad, Andrés invitaba a comer a su negocio a los mayores de la zona, mucho antes de que el Ayuntamiento organizara la tradicional cena navideña”, añadía Mario Bravo, portavoz adjunto del Grupo Municipal Popular.
La familia ha recibido los honores muy emocionada en una jornada de recuerdo de un hombre pionero en el concepto de restauración y turismo actual.
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