Luchadora incansable, Concha Cuevas es la viva imagen del trabajo en favor de los afectados por la enfermedad mental en la Costa del Sol y Andalucía. Como presidenta de Afesol (Asociación Familiares y Personas con Enfermedad Mental de la Costa del Sol) y de FEAFES-Andalucía (Federación andaluza de asociaciones de afectados), Cuevas intensifica estos días su agenda para acercar la dolencia a la sociedad, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el pasado 10 de octubre.
Sin duda el estigma es fruto del miedo, y este, del desconocimiento. Por eso es esencial entender la dinámica de la enfermedad mental. “Cuando aparece, que suele ser entre los 15 y los Los socios de Afesol, con sus cuotas, ayudan a abonar los costes de la atención25 años, surge con actuaciones extrañas. Hay que recurrir al sistema público sanitario, desde donde se deriva a lo más conveniente para el paciente. El problema es que los protocolos son cerrados. Si te rompes una pierna, lo normal es que vayas a rehabilitación. En la salud mental pueden pasar años hasta que atiendan a un paciente”, dice Concha Cuevas.
Un ejemplo sobre cómo la sociedad percibe a las personas con enfermedad mental: “Si hacemos una convocatoria de empleo y se presentan tres discapacitados, uno intelectual, otro físico y un discapacitado por enfermedad mental, ¿quién crees que se queda el último?”, apunta la presidenta de la federación andaluza de asociaciones de afectados, para quien es fundamental que se dote de “medios adecuados el sistema. La falta de personal hace que se atente contra los derechos de las personas”. De hecho, según Cuevas, “las unidades de agudos [donde se derivan los casos más complejos] atentan todavía contra los derechos humanos”, ya que “cuando llegas a un ingreso, lo primero que hacen es quitarte tu ropa, te quitan tu dignidad”.
En el sistema de salud “hay profesionales como la copa de un pino, pero también hay profesionales que no están en psiquiatría por vocación. La gente tiene que tener empatía y saber qué tiene entre manos, algo que en salud mental se carece muchas veces Afesol solicita a los ayuntamientos aparcamientos para crear puestos de trabajo de ello”, señala Cuevas. Y es que muchos de los casos, los menos graves o atendidos a tiempo, consiguen no ir a más, permitiendo una vida plena y con normalidad a los afectados. No obstante, en otros casos la cosa se agrava. “La familia no sabe qué está pasando, se siente desesperada. Piensa que este niño o niña siempre ha sido una persona rara, pensamos de todo, pero no actuamos”, sigue Cuevas. Circunstancias que vienen condicionadas por el hecho de que “no es como cuando te caes y te duele una rodilla, en la enfermedad mental, al paciente no le duele nada, no tiene conciencia de enfermedad. Simplemente procesa mal la información, piensa que pueden estar en agosto con una chaqueta de pana y en diciembre en bañador”, apunta la presidenta de Afesol y FEAFES-Andalucía.
En este sentido, destaca la labor diaria que se realiza desde los centros de día, algunos gestionados por Faisem (Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de las Personas con Enfermedad Mental), como en el caso de Las Lagunas o el propio de Afesol, situado en su sede de Benalmádena. Una tratamiento y seguimiento que, en el caso de Afesol, no se le cobra a ninguno de los pacientes, siendo sufragado el gasto con las cuotas de los socios y otras ayudas.
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