A Francisco González las empanadillas de batata le saben a “momentos felices, a cuando era niño. Cuando las estoy preparando”, asegura este pastelero de La Panadería de María Quero de Mijas Pueblo, “es como si me transportara tiempo atrás, cuando veía a mi abuela, allá por principios de los 70, elaborando la misma receta que yo sigo hoy en día. Yo aprendí a hacer las empanadas de mi madre, ella de mi abuela y mi abuela, pues supongo, que también de su madre y así no sé cuántas generaciones”. ¿Quién le iba a decir a la abuela de Paco, como le llaman, que la receta de sus tradicionales empanadillas de batata, típicas mijeñas, iban a salir en el periódico de su pueblo? Y es curioso, porque lo que para él siempre ha sido una tradición familiar, hoy es su medio de vida. “Es el dulce que más se vende en estas fechas” en su panadería, ubicada en calle Málaga desde 1904, asegura. Además de los roscos de anís, los mantecados o los polvorones, que no faltan en ninguna mesa estos días de Navidad. Y es que, donde se ponga un dulce elaborado al más estilo tradicional, con productos del terreno, con las recetas que vienen de nuestros antepasados y ese toque de pasión que requiere este tipo de delicias, que se quite cualquier otro dulce industrial propio de estas fechas.
Preguntando por el municipio, nos confirman que la tradición de hacer dulces por Navidad siempre ha existido en las familias mijeñas. “Y es algo que ahora vuelve a estar muy de moda”, comenta también Francisca Ríos, Paqui, de la Panadería La Duquesa (en Avenida Margaritas, Las Lagunas). En este establecimiento también se elaboran las empanadillas de batata, ya que todos coinciden en señalar que este es el dulce navideño por excelencia de Mijas. Y es importante que no se pierda, dicen.
“Mi receta ya la hacía mi abuela, desde primeros de los 70”Los reposteros empiezan a comercializar la empanadilla de batata desde septiembre y hasta que terminen las Navidades. “Si hay batatas en Semana Santa, también las hacemos”, añade Paco. En la Panadería Quero se hacen “un día sí y un día no”, más de un centenar cada vez y se venden por unidad. Las compran sobre todo los vecinos del pueblo, los extranjeros para probar cosas diferentes y también se venden como souvenirs. “Mucha gente nos pide cajas para llevárselas a sus familiares”, explica Paco. En cuanto a su elaboración, las empanadillas de batata tienen mucho entretenimiento. “Se empiezan un día y no se pueden terminar hasta el siguiente, que es cuando se endulzan ya frías; van caladas con almíbar y azúcar”. Y su elaboración, aunque parece sencilla, requiere de mucho mimo. De hecho este mijeño asegura, entre risas, que “las mujeres hacen las empanadillas mejor, quizás porque tienen más paciencia. Mi madre sabe perfectamente cuando las he hecho yo o mi mujer”. El momento ideal para consumir este dulce de temporada es cualquiera, para desayunar, de postre o para la merienda. Eso sí, en buena compañía siempre saben mejor.
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