El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Mijas pondrá en marcha a partir de primeros de año un código de buenas prácticas cuyo cumplimiento será obligatorio para todos los arrieros de los burros taxi y cocheros de caballos del municipio.

El código de buenas práctica ha sido elaborado por la Concejalía de Vía Pública en colaboración con la Asociación El Refugio del Burrito y su objetivo es “garantizar al máximo todo los derechos de los burros” así como “obligar a los arrieros y concesionarios a cumplir las normas recogidas en el código”, según señaló el concejal de Vía Pública, Juan Carlos González.

Dicho código viene a complementar la Ordenanza Municipal que regula el funcionamiento del servicio de burros taxi, burros-carros y coches de caballos, aprobada en los primeros meses del actual mandato municipal. “En la ordenanza se recogen aspectos legales y normativos sobre el funcionamiento del servicio y de los derechos que asisten a los viajeros”, explicó Juan Carlos González, “si bien en el código se ahonda mucho más en lo que deben hacer los arrieros para que el animal goce de buen estado de salud y preste el servicio en las mejores condiciones”.

Así, el código indica que los burros deben tener acceso al agua durante las 24 horas del día, ser vacunados frente a la gripe equina y al tétanos y ser desparasitado una vez al año, siguiendo los consejos del veterinario oficial del Ayuntamiento.

Igualmente, los animales deberán ser sometidos a una revisión dental cada año y someterse a inspección por un herrador o veterinario cada dos meses, a fin de confirmar el buen estado de los cascos y la aptitud del burro para realizar el servicio turístico. Se prohíbe que los animales en mal estado físico trabajen y que las burras preñadas presten servicio desde el octavo mes de gestación y hasta pasados seis meses del parto.

Las herraduras deben estar diseñadas de forma que no provoquen heridas o abrasiones y deben ser colocadas de manera adecuada, a fin de que no provoquen incomodidad al burro.

En caso de que el animal se dedique al servicio de burro-carro,  los coches y arneses deben ser “del tamaño adecuado” para el burro y no tener puntas afiladas ni salientes “que provoquen heridas al animal”. Norma que el código hace extensible también a los coches de caballo.

El código de buenas prácticas contempla cómo deben ser las características de los establos, en el que los propietarios deben disponer de un botiquín con “suero fisiológico, betadine o similar, gasas y tijeras de punta redonda para realizar una primera cura en cualquier herida que se haga el burro, antes de llamar al veterinario”.

Los animales recibirán “una alimentación sana y equilibrada” y “en cantidad suficiente” para mantener “un buen estado de salud”, señala el código que además aconseja que la alimentación de los burros “debe estar basada en heno y paja, siendo innecesario, e incluso perjudicial, el aporte de pienso de caballo a la dieta”.

Asimismo, se prohíbe proporcionar a los burros “sustancias que puedan causarles sufrimientos o daños innecesarios, así como cualquier tipo de sustancia no autorizada, aún cuando sea para aumentar el rendimiento en su trabajo o en una competición”.

Los burros estarán provistos de un pasaporte “con sus correspondientes vacunas y desparasitaciones” así como una cartilla “con el registro de visitas al herrador y el dentista”, entre otras medidas de obligado cumplimiento por parte de los arrieros que corren el riesgo de ser sancionados, conforme a la Ordenanza Municipal.

“Con este código de buenas prácticas garantizamos el bienestar de los burros”, aseguró Juan Carlos González, quien explicó que “desde el equipo de gobierno estamos haciendo todo lo posible por mejorar el servicio de burro-taxi, y para ello es fundamental que los animales se encuentren en perfecto estado y que sus propietarios cumplan todas las normas que beneficien su bienestar”.

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