“Sólo nuevos pilotos nos llevarán a nuevos horizontes”, no le falta razón al presidente de la Junta de Andalucía cuando anuncia su retirada a casi tres años vista para la próxima convocatoria electoral autonómica, si no es adelantada, tras el fracaso electoral que su partido sufrió en 2012.
Por eso, posiblemente, apuesta por la consejera delfín Susana Díaz, joven y con experiencia política, aunque también escasa de rodaje en otros escenarios ni sobrada de experiencias enriquecedoras para meterse así de lleno en tamaña batalla.
Tal vez, para facilitar el trance, la jugada pase por la dimisión de Griñán tras las primarias que se avecinan en julio, y permitir que la hoy consejera acuda a las urnas desde la condición de presidenta de la Junta, siendo así una cara ya plenamente conocida, en las mismas condiciones y con una jugada parecida por la que Manuel Chaves cedió en 2009 el puesto a Griñán. Todo un salto generacional y regenerador de treinta años, la edad que lo separa de su más que probable sucesora.
El actual presidente no es mal estratega, está enfangado y cansado por el enorme desgaste que supone tener abiertos varios frentes judiciales, el que peor lleva casi con seguridad, el de los Expedientes de Regulación de Empleo, los temidos ERE, el mayor caso de corrupción de la historia de España del que aún pueden salir muchas sorpresas. Acortar la legislatura le permitirá el beneficio de haber sido el primer partido en afrontar la renovación, en dar a conocer a su candidata tras las precipitadas primarias en las que, por cierto, no tendrán margen de maniobra los críticos para organizarse y evitar así largos años de luchas intestinas por la designación de un candidato presidenciable. Pero esta facilidad con la que ahora se encuentra Susana Díaz, mañana se puede volver en su contra, por el exceso de facilidad con que llega al cargo. Izquierda Unida y Partido Popular también tendrán que mover ficha y acelerar la designación de sus candidatos.
Pero Griñán dentro del PSOE no es un militante cualquiera, tal vez el que acapara mayor poder real, secretario general de la federación más importante, presidente de la Comunidad Autónoma con mayor peso específico y presidente del partido. Y con ese bagaje lanza un mensaje claro e inequívoco de renovación a todos los integrantes del partido que no podrán desoír.
El anuncio de Griñán da un vuelco a la escena política, dentro y fuera de su partidoEl anuncio de Griñán da un vuelco a la escena política, dentro e incluso fuera de su partido, pero especialmente obliga a Alfredo Pérez Rubalcaba, actual secretario general y líder de la oposición, a replantearse su continuidad y la de muchos de esa generación, la misma que fue cercenada por la mediocridad a la hora de elegir a sus colaboradores, salvo excepciones, de un presidente que lo fue, llamado Zapatero.
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