Hace unas pocas semanas, hablábamos de la artrosis de cadera y de que una de las causas de la misma es la “malformación” de la articulación desde el nacimiento o en los primeros años de vida. Hoy vamos a explicar un poquito mas en qué consiste este tipo de “malformación”, que puede provocar serios problemas en el futuro.
La displasia del desarrollo de cadera es la alteración, en distintos grados, de la alineación de la articulación de la cadera y se da en niños menores de dos años. Las causas pueden ser desde malposiciones en el útero durante el último mes de gestación hasta el mal desarrollo de la osificación(formación del hueso) del fémur o del acetábulo (los dos huesos que forman la cadera) durante el desarrollo del feto, pasando por antecedentes familiares u otros factores étnicos y/o ambientales. Suele afectar más a niñas que a niños y puede aparecer en una cadera o en las dos a la vez.
Hay varios grados: en el grado I, no hay una “separación” de la cabeza del fémur, suele deberse a un mal desarrollo del acetábulo y se producen alteraciones de los tejidos blandos (músculos y ligamentos). En el grado II, hay un desplazamiento de la cabeza del fémur, es decir, una subluxación, el hueso está fuera de su sitio, pero no completamente y en el grado III, la cabeza esta luxada completamente.
El tratamiento depende de la gravedad de la displasia, y consiste en una simple observación durante el primer año de vida del niño en el que se evalúa el correcto desarrollo de la cadera, los tejidos blandos y la marcha, el uso de ortesis de diferentes tipos (usando doble o triple pañal al mismo tiempo o dispositivos ortopédicos mas específicos) y la cirugía en los casos en los que haya fracasado la primera parte del tratamiento o se haya detectado tarde (esto es actualmente poco frecuente) o dependiendo de la gravedad.
La fisioterapia puede ayudar tanto en la detección del problema cuando se trata al bebé de otra cosa, como en el tratamiento en si de la displasia mediante técnicas para intentar reducir la alteración, potenciación de la musculatura, enseñar a los padres la forma de mover adecuadamente a los niños, reeducar la marcha, tratar las cicatrices después de la cirugía, prevenir y tratar las contracturas musculares, el dolor, etc.
Si no se tratara esta enfermedad las consecuencias pueden ser muy graves en el adulto joven, provocando una degeneración precoz de la articulación con su consiguiente perdida de funcionalidad.
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