Es tendencia últimamente que en los sobres de azucarillo aparezca una frase célebre. Quizá no tome café ni infusiones en la calle, o los tome sin azúcar, o si los toma sin azúcar puede que no repare en las letras que visten el sobre. Yo soy de las que saborea un té en la calle, y aunque lo tome sin azúcar, me detengo a leer la cita. La ultima que leí decía así: “Exige mucho de ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos”. La cita es de Confucio, que aunque escrita antes de Cristo, es de total vigencia. Muchos siglos después se sigue teniendo que aprender a evitar una crisis, crisis emocional, ahorrando disgustos.
Adentrémonos en la primera parte de la frase, ¿qué tiene que exigir de usted? No se exige de usted que mantenga una lucha insufrible por alcanzar la perfección en aquello que emprenda. Tampoco se exige de usted que cumpla con las expectativas que los demás tienen de usted. Tampoco tiene que autoerigirse vivir esclavo de su moral que le impone como “tienen que ser la cosas”. Lo que podría exigirse de usted es que si se cae, que se levante siempre; que se comprometa y haga todo lo posible por aquello que dice querer; que haga algo por tener una vida amable y satisfactoria.
Nos encontramos con que hay personas que creen que las cosas se las tienen que dar hechas, o regaladas, bien porque creen que se lo merecen, bien porque ya han padecido muchas injusticias. Es gente que se exige poco y en cambio exigen mucho la sociedad, a la familia, o a lo que se tercie.
Respecto a la segunda parte de la frase, ¿hay que esperar o no hay que esperar cosas de los demás? Erróneamente creemos que las personas deben ser o actuar de una determinada manera: “la familia debe ser de una determinada manera para que funcione bien”, “una pareja apropiada debe tener ciertos detalles”, “los amigos deben comportarse de tal forma”, “los padres tiene que hacer unas cosas determinadas sino son malos padres”… Cargamos en nuestra cabeza con demasiados conceptos y patrones acerca de cómo tienen que ser las personas, y esto tiene consecuencias negativas en nuestro ánimo. Olvídese, no hay una forma establecida de cómo tienen que ser las familias, la pareja, un padre…Olvídese.
No son las personas las que producen dolor, es la insistencia de querer que ellos sean y obren como usted quiere, como usted cree que tienen que ser. Esto no se puede esperar. Acéptelos como son. Si no puede, tendrá que valorar y tomar una decisión, ahorrará en disgustos.
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