Ave de cuerpo compacto que no supera los 25 cm de largo, con una envergadura de 43 a 49 cm y unos 110 g de peso. Destaca en vuelo por el color blanco y negro de sus alas pero puede pasar desapercibida si está inmóvil dado que los tonos del plumaje en su parte dorsal se mimetiza con las rocas y arribazones de la playa. En invierno el dorso y la cabeza son pardo negruzcos mientras que en verano el dorso tiene tonos castaños y la cabeza es más clara. En ambas épocas presentan una franja pectoral negra sobre el vientre blanco. Las patas son cortas, de color anaranjado y el pico es recto, corto y de color negro.
Vive en las costas y estuarios, en zonas de roquedos costeros, donde se alimentan de pulgas de arena, moluscos e insectos que encuentran dando vueltas a las piedras, maderas u otros restos, de ahí su nombre. También pueden alimentarse de carroña y restos de peces muertos.
Es una especie migradora que realiza largos vuelos a lugares más meridionales y cálidos para pasar el invierno, regresando en verano a su lugar de reproducción en el litoral ártico. Construye el nido casi siempre en solitario, cerca de la costa, o bien en pequeños grupos si las condiciones son favorables. La puesta son 4 huevos verdosos con motas pardas que son empollados por la hembra y el macho conjuntamente. A los 22 días nacen los pollos, que abandonan el nido a las pocas horas, aunque siguen siendo alimentados por ambos progenitores.
Aunque es un ave gregaria, en nuestras costas se le ve siempre en pareja o en pequeños grupos, y casi siempre mezclado con otras aves limícolas como el correlimos común.
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