Avatés finalizó el año organizando una cena de Navidad el pasado 28 de diciembre con el objetivo de agradecer a los socios la colaboración y el trabajo desarrollado durante todo el año. El colectivo entregó una orquídea y una placa a su presidenta y fundadora, Pepi Moya.
“El año ha sido muy duro, estamos agotados, a diario recibimos a familias y personas con dificultades de todo tipo. Como nos hacemos cargo del alquiler de algunas familias, ahora les buscamos pueblos con poca población donde los precios son más asequibles para nosotros. Así que no paramos”, explica Moya.
La cena estuvo arropada por el baile de María Ramírez y el emotivo discurso de uno de los socios, Roque Carlos Durán, que expresó lo que Avatés le ha aportado y cómo le ha cambiado su vida. La asociación, creada durante la pandemia, ayudó entonces a los sanitarios en su dura labor, y ha continuado con su trabajo y la ayuda de muchos voluntarios.
“Casi a diario encontramos trabajo a personas que llegan desesperadas, normalmente en hostelería y limpieza, es una forma de que empiecen y salgan de su situación precaria. También hacemos socios cada día, hoy hemos hecho siete nuevos, pero todo se hace desde el pequeño kiosco que hay frente al Centro de Salud de Las Lagunas, no tenemos oficina, ni nada, con lo cual no hay privacidad para los casos que nos llegan”, cuenta Moya.
Un colectivo muy activo que ha visto crecer su asociación y extender su ayuda, adaptándose a las necesidades diarias de quienes pasan por un mal momento, sea por enfermedad o la pérdida de un trabajo.
“En la cena lo pasamos muy bien y asistieron alrededor de unos 60 socios, estuvimos bailando hasta la madrugada, que también hay que disfrutar”, concluye Moya.
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