Hace muy poco que comenzaron sus merecidas vacaciones de verano y ahora vuelven a sentarse en el pupitre para aprender. Pero esta vez, los menores protagonistas de esta noticia no están aprendiendo matemáticas o lengua, sino que se forman antes de comenzar su voluntariado en el centro de día de AFA Mijas. Se trata de un programa de voluntariado juvenil que se denomina ‘Nietos adoptivos para nuestros abuelos’ y que consiste en que durante los meses de las vacaciones escolares los menores compartirán su tiempo libre y su cariño con los mayores que van a diario al Centro de Día de la asociación.
“Les damos información sobre la enfermedad, sobre los distintos tipos de demencia que hay, aunque los síntomas son muy comunes en todos. Y en una segunda parte de la formación les damos información sobre las actividades que van a realizar, las normas de funcionamiento del centro, cómo deben comportarse o cómo actuar con los abuelos, es decir, nociones importantes para el desarrollo del voluntariado en el centro”, explicó la psicóloga y directora del centro AFA Mijas, Mari Carmen López, desde la biblioteca municipal de Mijas Pueblo donde tuvo lugar la formación la mañana del martes día 11.
El voluntariado se realiza de lunes a viernes de 10 a 12 horas durante los meses de julio y agosto. Participan en el programa intergeneracional jóvenes de entre 8 y 17 años “de todo el municipio y este año por ejemplo tenemos muchos jóvenes interesados de Las Lagunas. Y son jóvenes, todos ellos, que tienen ganas de compartir su tiempo con nuestros abuelos. Es un programa muy bonito porque se crea comunidad social, luego ves en el pueblo que los jóvenes y los abuelos se ven y se saludan y hablan entre ellos. Se crea un vínculo bastante bonito”, añadió López.
Intercambiando experiencias
En algunos casos coincidirá que los menores tienen en el centro de AFA Mijas a sus propios abuelos. Pero sean familia o no, lo importante de este programa intergeneracional es lo que reciben unos de otros. Alejandro Cuevas es uno de los menores que se ha apuntado este año por primera vez a este voluntariado. Él ya sabe de la enfermedad, porque la vivió de cerca a través de su abuela y sabe lo importante que es este tipo de ayuda.
“Mi abuela tuvo alzheimer y recuerdo cuando ya ni se acordaba de nuestros nombres. Ahora a mí me gustaría vivir esta experiencia con estos mayores. Yo había pensado hacer juegos fáciles y que les ayude a mejorar su memoria. En verano creo que tenemos tiempo para todo. Yo hago natación, manualidades, voy a la playa… pero también voy a dedicar tiempo a los mayores y mi objetivo es que cuando el verano haya terminado, los mayores hayan recuperado algo su memoria”, explicó el menor.
Después de la buena experiencia del año pasado, Candela López no se lo ha pensado y repite este verano como voluntaria. “Me gusta ayudar a los mayores mucho, quiero que se lo pasen bien y me gusta mucho ir allí al centro a ayudarles. El año pasado ya fui voluntaria también y lo que recuerdo es que se rieron mucho con nosotros y que se lo pasaron muy bien.
En definitiva, un programa de intercambio de vivencias, en el que los menores aprenderán valores para la vida fundamentales para su crecimiento y, qué duda cabe, los enormes beneficios que recibirán los abuelos de estos menores que han elegido dedicar su tiempo de descanso estival a sus abuelos ‘adoptivos’.
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